1. Una noche de copas, una noche loca.


    Fecha: 28/03/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    UNA NOCHE DE COPAS, UNA NOCHE LOCA Una tarde más de universidad, un viernes siendo más de las seis, habían sido dos semanas de exámenes, era momento de relajarse, el cuerpo y la mente lo exigían. Mis amigos y yo planeamos ir a tomar unas copas en la famosísima cantina, conocida como la oficina, ubicada en la colonia Juárez. Cuando estaba por salir y dejar la escuela en busca de un poco de diversión y olvidar el pesar de la difícil semana; apareciste tú, con esa sonrisa tuya, que me hace desvariar, con esa voz ronca tan varonil que, solo con escucharte mis hormonas empiezan a hacer ebullición, con tu mirada penetrante que invitan al placer y a vivir de todo y nada en el mismo instante, con esos ojos llenos de profundidad y de vida, porque solo tú pudiste darme el mejor consejo que hasta hoy vivo día con día: hay que dejar de vivir de experiencias robadas, y solo vivir, que no te cuenten la vida, sé tu propio protagonista. Mientras te observaba a lo lejos, me invitabas a salir esa noche de viernes a pasarla bien, a disfrutar, no podía ser mejor esa tarde, no solo iba salir a relajarme, ibas a estar conmigo disfrutando esa noche. Recuerdo subir a tu carro, verte manejar hasta la colonia Juárez, como era de costumbre. Todos mis compañeros pidieron dos o tres cubetas de cervezas pero, a ti la cerveza no te latía, tú querías beber, beber como el hombre que eres y decidiste ordenar un 100 años reposado (lo recuerdo muy bien) comentando: -¡No saldremos de aquí hasta no ver el fondo ...
    ... de esta botella!-. -¡No!, ¿Cómo crees? si me tomo más de dos copas, me emborracharé y estoy muy lejos de casa-conteste. Tú como siempre, me miraste a los ojos con esa profundidad que me impedía negarme y expresaste: -Es momento de dejar de robar experiencias, estás conmigo y yo te llevaré a casa sana y salva, déjate llevar al calor de estos alcoholes. Y mientras pronunciabas estas palabras me servías el primer shot de tequila. Hablábamos de todo un poco. Tratamos de conversar con mis compañeros de escuela pero, para ti eran unos niños y poco a poco nuestra charla se fue individualizando hasta oírte hablar solo a ti y tú a mí. Ya no recuerdo cuantos tequilas llevaba mi cuerpo pero, empezaba a sentirse libre, sin conflicto alguno; solo oía tu pausada voz hablándome de todo y de nada. Nuestros rostros cada vez se acercaban más y más, poniendo como pretexto el no oírnos por el exceso de ruido pero, la realidad es que, al calor de las copas, el deseo de nuestros labios empezaba a confirmar lo que sentíamos y deseábamos. Ya entrada la noche, mis compañeros empezaron a retirarse, solo quedamos tú y yo; y la plática se empezaba a tornar de profunda a sutilmente seductora. Después de un tiempo solos, entró un vendedor de rosas al lugar y recuerdo que le llamaste para comprar tres de sus rosas, veía cuando las pagabas mientras me preguntaba qué pensabas hacer con esa compra. Regresaste a verme de nuevo y muy suavemente mientras te acercabas a mi oído me regalaste la primera rosa de esa ...
«1234...»