1. Mi compañero de cuarto en la Universidad


    Fecha: 24/03/2021, Categorías: Gays Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues

    Con dieciocho años, tras acabar en el Instituto y aprobar con buena nota el examen de acceso, decidí estudiar una carrera universitaria en una ciudad alejada de mi lugar de residencia. Mis padres decidieron pagar por mi alojamiento y manutención en una residencia universitaria cercana al Campus que ofrecía la posibilidad de alojarse en habitación individual con baño o en habitación doble con baño compartido. Como mis progenitores son ambos currelas y tal cual se está poniendo el tema de las tasas universitarias, cada día más caras, decidieron que solo podrían asumir mi estancia en otra ciudad si no era excesivamente gravosa con la economía familiar. Por ende fui a dar a una de las habitaciones dobles que eran las más económicas. Un día antes de la inauguración de curso llegué con mis padres a la residencia y me dieron las llaves de mi habitación. Mi compañero aún no había llegado por lo que sería el primero en elegir cama y armario. No tengo problemas para dormir ni por la luz ni por los ruidos y escogí la cama más cercana a la ventana. La habitación era amplia, con dos camas de noventa centímetros de ancho por dos metros de largo, dos armarios no muy grandes, dos escritorios y dos estanterías para libros o apuntes. Para los cuatrocientos euros al mes que costaba estaba fantástica, solo faltaba saber que tal estaría la comida cada día y si estaba buena entonces sería ya superior. A mi la verdad es que me picaba la curiosidad por saber quien sería mi compañero de cuarto. Esa ...
    ... duda se despejó a media tarde. Mis padres ya se habían marchado y yo estaba colocando mi ropa en el armario y algún poster en mi parte de pared de la habita cuando tras llamar a la puerta entró el que sería mi compañero. Dani, que así se llamaba, tenía 18 años como yo, era moreno con el pelo muy corto, ojos marrones, mediría sobre un metro setenta y cinco y se intuía que hacía deporte porque marcaba fibraete en el chándal que vestía, después me comentó que jugaba al futbol. Por cierto, os pido disculpas porque no me he presentado como debiera. Me llamo Rodrigo y mido un metro setenta y nueve, peso ochenta y tres quilos, soy pelirrojo y con ojos prácticamente negro azabache. Muy blanco de piel, tengo algunas pecas pero no demasiadas, estoy fuerte porque desde niño juego a balonmano, de hecho en mi nueva universidad tenían un muy buen equipo y pasé las pruebas sin problemas. Con Dani hice muy buenas migas, estudiábamos carreras diferentes, yo Biología y el Historia del Arte, pero casi mejor para no rallarnos el uno al otro a la hora de preparar nuestros exámenes. A mi me molaba que me contase sus descubrimientos de artistas y estilos y él flipaba con mis explicaciones de alguna de las materias científicas que estudiaba. La habita nos había quedado hecha un pastiche. En mi zona abundaban los posters de animales marinos y de mi grupo favorito, los Sigür Ros, y en la suya además de algunas venus desnudas predominaba un cartel de la actriz Mónica Bellucci con muy poca ropa. Me dijo ...
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