Mi esposa con el cura 3a parte - Relatos Eróticos

Mi esposa con el cura 3a parte

En esta ocasión quiero contarles algo más de lo que he vivido con mi esposa que como ya saben se estado dejando coger por un curita de la ciudad en que vivimos según les he contado en mis anteriores relatos.

Conforme fue transcurriendo el tiempo, cada día era más notorio lo que el curita necesitaba como mujer a mi esposa y por ese motivo se la cogía por lo menos tres veces por semana y yo ya sabía que los días lunes, miércoles, y viernes, de todas las semanas, por la tarde él iba hasta mi casa a cogérsela y así usarla físicamente. Por lo menos dos veces en cada ocasión.

Con mucha discreción pasaba el tiempo y el cada día era más abierto a usarla físicamente en todas las formas normales como ya les he comentado en lo que llamamos las tres de ley o sea usándola por la vagina, por la boca y hasta por el culo.

En las primeras ocasiones pude así notar como la gruesa verga de él la perforaba muy lentamente y ella como gozaba realmente de lo que estaba sintiendo, quizás con algo de rubor pues sabía que yo estaba allí y que veía como se la cogía y por su parte como gozaba sin ningún pudor y como él se movía dentro de ella y que a cada movimiento estaba más cercano ese momento en que él le dejaría depositado en su vagina toda su leche una vez mas

Después una de esas noches, cuando se acostaba conmigo me confeso que al principio le había dado pena el que yo estuviera presente pero que después al sentirse ya totalmente ensartada por él se calmó y le gustó la idea de que yo ...

... viera como se la cogía completamente lo que además le daba una gran seguridad y confianza, en que todavía después de tantos años era una mujer deseable físicamente y a la que un hombre normal podía querer para cogérsela y gozarla, después hasta le excito más él saber que yo veía como la tenía con las piernas abiertas y toda la verga metida en sus entrañas y que en pocos momentos más iba a ser una vez más totalmente suya cuando el depositara en ella su esperma con lo cual existía en el la posibilidad de tratar de embarazarla.

En fin que después de lo que me conto me encanto saber lo que había sentido y acerque su boca a la mía y sin pensarlo más le di un fuerte beso mientras mis manos se posaban primero lentamente sobre sus nalgas y después empezaban a acariciárselas cosa que yo sabía que la excitaba totalmente.

Eso la puso de nueva cuenta muy caliente y a mí me pareció muy buena idea tratar de besar su vagina y poder hacerle un cunnilingus para que estuviera súper caliente, y entonces fue cuando me dijo que no quería que le comiera ese día pues acababa de cogérsela el curita y estaba todavía llena de su leche.

Entonces le dije que lo dejaríamos parta el siguiente día y que en ese momento se lo iba a meter todito para terminar de llenarla de leche cosa que a ella le encanto el poder sentir una vez más en ese día que nos veníamos dentro de ella.

Al día siguiente me dijo que el curita volvería esa tarde pues le había dicho telefónicamente que tenía muchas ganas de ...