La sobrina de mi esposo (IV) - Relatos Eróticos

La sobrina de mi esposo (IV)

Sentía rabia de pensar lo imbécil que era Sofía de cómo había dejado que un pendejo de esos se aprovechara de ella, como podía haber caído de esa manera no pude dormir pensando en lo que leí sentía mucha rabia estaba muy molesta, pero no era el momento para contarle a mi esposo o era capaz de devolverse a matar a ese cretino, decidí que no le diría nada y cuando llegáramos hablaría primero con Sofía; Ahora debía relajarme y disfrutar las vacaciones que me regalaba mi esposo, que en medio de todo se había portado muy especial conmigo a pesar de haberme engañado, un engaño que fue consentido y lo disfruté muchísimo.

Esos días fueron de lo más románticos y emocionantes juntos digamos que fue como una nueva luna de miel, pero era claro que tenía que pagarle el trato que había hecho y era claro que a quien quería comerse era a mi amiga Natalia, no lo culpo pues Natalia siempre había sido mi amiga más buena, es una morena muy hermosa de curvas voluptuosas y muy bien puestas con un pelo negro crespo hasta la mitad de su espalda podría decir que muy parecida a mí solo que ella tiene 44 y yo 36, ella tiene una cola muy grande y redonda mientras que la mía es más pequeña; Los primeros días fueron fantásticos porque a pesar de que nos veíamos para desayunar temprano ellos debían hacer vueltas de los hijos de Alex por lo que nosotros salíamos solos a la playa a comer y en la noche nos veíamos en el apartamento, tomábamos unos buenos cocteles y ellos se fumaban unos puros a mi esposo ...

... es un vicio que le fascina, pero solo lo hace de vez en cuando así que no me molesta y charlábamos muy ameno, cuando estábamos bastante tomados les empecé a picar la lengua de cómo debían estarla pasando de rico en semejante paraíso, -¡querrás decir tu amiga!, me respondió Natalia porque nosotros tenemos los hijos de Alex y no es que tengamos mucha intimidad, -¡falta de confianza! les dijo mi esposo bienvenidos a nuestro paraíso si quieren se pueden quedar aquí en el sofá cama y hacen cuanto quieran que nosotros no nos quejaremos, a lo mejor nos sirven de estímulo para nosotros tener una noche deliciosa también jajaja se rieron ellos, Natalia se puso colorada mientras yo la miraba y le guiñaba un ojo en señal de aprobación, -¡Nooo como se te ocurre me daría vergüenza que nos escucharan o lo que es peor que nos vieran!, además no trajimos ropa de dormir tenemos el vestido de baño debajo de esto dijo Natalia con una cara de vergüenza, -para nada eso es lo de menos si quieres que Nata te preste una piyama de ella trajo ropa para dormir, convencida que va a amanecer con ella puesta jajaja se rieron, -además más pena nos daría a nosotros pues mi esposa cuando está muy excitada gime riquísimo y duro estoy seguro que nosotros seremos más un estímulo sexual para ustedes, si se animan ahí esta les dejamos la puerta sin cerrojo así podrán entrar a vernos o a hacerlo con nosotros, jajaja se rieron ellos pero nosotras nos quedamos muy coloradas ya las dos, yo sabía que mi esposo lo decía ...