1. Extorsión a una mujer casada (parte 02)


    Fecha: 25/02/2021, Categorías: Hetero Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos

    A una semana de nuestro primer y caliente encuentro con Victoria -la mamá de nuestro compañero de escuela Pablo-, mi amigo Héctor me llamó por teléfono para darme las maravillosas nuevas:
    
    “Mañana a la tarde vamos a la casa de Vicky. Le pedí que se deshaga de Pablo por un buen rato. Vamos a tenerla toda la tarde para nosotros”.
    
    Colgué embargado por la excitación. Lo que siguió a continuación fue el día más largo de mi vida. Finalmente llegó la tarde en cuestión y me apersoné ansiosamente allí. Toqué el timbre.
    
    Luego de un momento, Victoria abrió la puerta; me escrutó duramente por un momento y sin decir palabra me hizo pasar. La seguí hasta el comedor. La señora llevaba puesto un largo vestido con estampados naranjas que tapaban sus excitantes formas. Noté también que calzaba zuecos con plataforma de corcho.
    
    Ingresé al comedor. Héctor ya había llegado y estaba despatarrado en el sillón con una lata de cerveza en la mano. Lo saludé y me senté a su lado. La señora aguardaba de pie, lívida, y cada tanto nos lanzaba fuertes y hoscas miradas.
    
    - ¿Vicky, porque no le traes una cerveza a nuestro amigo? – le ordenó cínicamente, Héctor.
    
    La mami, sin mirarnos, abandonó el comedor haciendo sonar sus tacos con fuerza, rumbo a la cocina.
    
    - ¿Todo bien? – le pregunté ansiosamente a mi amigo.
    
    - Todo bien. Ahora comienza el show – dijo guiñándome un ojo.
    
    Victoria retornó al comedor con una bandeja y una lata de cerveza sobre ella. Se detuvo frente a mí, mortalmente ...
    ... seria, y me la ofreció. La tomé y se lo agradecí. Entonces dio media vuelta, apoyó la bandeja en la mesa y volvió al lugar donde estaba antes.
    
    - Bueno, Vicky – dijo Héctor incorporándose del sillón -, ahora que llegó el amigo, podés ir a cambiarte.
    
    La señora se retiró con aire ofendido hacía el cuarto contiguo. Entonces Héctor tomó un bolso que descansaba junto al sillón, lo abrió y extrajo una pequeña cámara de video.
    
    - Vamos a grabar todo – me confió manipulando el aparato -.
    
    Una vez que terminó, la introdujo con cuidado en el bolso dejando el visor levemente fuera y la apoyó en modular, frente al sillón en el que estábamos.
    
    Instantes después regresaba la mamá de Pablo. Nos sentamos en los extremos sillón de modo que el centro del mismo quedase vacio. Mi corazón latía con fuerza producto de la ansiedad.
    
    La señora, con gesto demudado, entró donde estábamos y se detuvo en el centro del salón, sin mirarnos.
    
    Juro que no me alcanzaban los ojos para contemplarla: llevaba puesto un corto camisón transparente que dejaba sus piernas al descubierto y dejaba entrever sus suculentas, grandes tetas. No llevaba corpiño, pero si una ceñida tanga blanca. Sus largas piernas estaban enfundadas en medias blancas con ligas de encaje que ceñían sus carnosos muslos. Calzaba finos zapatos blancos con taco. Sabiéndose contemplada al detalle, ella evitaba mirarnos, ruborizada.
    
    - Excelente, Vicky. Yo le elegí el vestuario antes que llegaras – me informó Héctor - Ahora empezá a ...
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