1. Segundo relato: el punto de inflexión. El día que se inició el cambio.


    Fecha: 15/02/2021, Categorías: Masturbación Autor: elalcalde, Fuente: CuentoRelatos

    No voy a empezar mis relatos en un orden secuencial. Voy a empezar por ese hecho que ha cambiado la última parte de mi vida. Ya habrá tiempo de pensar en cómo llegué hasta allí, si es que le interesa a alguien.
    
    Y ese momento fue tan especial…
    
    Salgo de casa con algo de prisa porque el reloj ya exige su impuesto.
    
    A pesar de que es temprano, el calor ya empieza a hacerse notar y lo que debería ser una fresca mañana de Madrid a las 7 de la mañana es un inicio de un día bochornoso.
    
    Cuando estoy bajando las primeras escaleras del metro, noto que salta la goma de mis calzoncillos de pata corta. Hoy los llevo blancos, de tela, ligeros, de los que se sujetan con goma elástica a la cintura.
    
    Encima, un pantalón de verano gris y una camisa blanca de manga corta.
    
    Tras notar que la goma del calzoncillo se ha roto, empiezo a sentir cómo se va resbalando mientras ando.
    
    Miro el reloj. No me da tiempo a volver a casa para cambiarme. Voy a tener que solventar el problema como pueda. Realmente, una vez en la oficina, no tendré muchos problemas, porque estoy casi todo el tiempo sentado.
    
    Pero ahora es bastante incómodo, porque con cada paso le siento deslizarse y cuando acabo de bajar el primer tramo de escaleras ya le llevo a mitad del culo.
    
    Me ajusto la camisa por dentro del pantalón y, disimuladamente, engancho el borde del calzoncillo y tiro hacia arriba.
    
    Repito la operación cada cierto tiempo mientras espero a que llegue el metro.
    
    El vagón está muy lleno. A ...
    ... pesar de ser verano, la hora punta no deja de notarse.
    
    Consigo entrar y me acomodo, como casi siempre, sujetado a una barra que cruza el vagón de abajo a arriba.
    
    En la siguiente estación, otro grupo de viajeros se suma a los que estamos y los cuerpos empiezan a juntarse. Ya no tengo sitio para meterme la camisa y tirar del calzoncillo hacia arriba y lo noto deslizarse culo abajo.
    
    Con la subida de nuevos viajeros en una nueva estación, ya no me hace falta sujetarme a la barra: los cuerpos se aprietan unos contra otros. He dejado delante de mí la barra, pero por el resto de los lados de mi cuerpo noto los cuerpos de los demás. A mi izquierda, una mujer de unos cuarenta años con cara resignada; a mi derecha, un hombre de unos treinta y pocos, alto y delgado, que aguanta impávido los empujones. Y detrás, un cuerpo aplastado contra el mío de alguien al que no veo, porque mi cuerpo tapa el reflejo en el cristal de la ventana.
    
    Me doy cuenta de que ese cuerpo se deja aplastar contra el mío, casi adaptándose a él. Noto algo más. Noto su sexo contra mi cachete derecho del culo. Está blando, pero lo noto perfectamente. Una pequeña excitación se mueve por mi cuerpo. Con cada frenazo, los cuerpos se mueven como un todo con pequeñas variantes y la presión del cuerpo que tengo detrás fluctúa. Mi calzoncillo ya ha llegado al final del culo y noto la tela del pantalón directamente contra mi piel.
    
    En uno de los frenazos, se apoya con una mano en mi cintura. Luego, la deja caer ...
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