1. El culo de Miriam


    Fecha: 11/02/2021, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Hacía bastante tiempo que Ana y yo no teníamos noticias de Miriam; esa sensual perra bisexual que nos volaba la cabeza a mi mujercita y a mí, cada vez que estábamos en una cama…Hasta que una tarde me llamó a la oficina. La perra me dijo que no se animaba a hablar con Anita; pero que, de todas maneras, tenía ganas de tener una buena verga enterrada en su culo y por eso había pensado que yo podría satisfacer su calentura.Mi verga se puso en atención cuando comencé a hablar con ella. Al terminar la llamada, estaba casi por acabar, sin tocarme; solo por escuchar a esa mujer…Al salir de la oficina fui directo a su casa. Me había dicho que dejaría la puerta de entrada abierta y que me esperaría en su habitación.La encontré allí en su cama, tumbada boca abajo y vestida solamente con tacos altos. Me sonrió y yo me desnudé.Trepé a la cama y me puse de rodillas encima de sus largas y sensuales piernas. Mi verga ya hinchada se apoyaba entre sus muslos abiertos.Comencé a masajear su cola, con una mano acariciando cada una de sus redondas y firmes cachas. Mi pija se irguió del todo…Le apliqué un par de azotes leves; para que sonaran solamente, sin que le dolieran demasiado. Miriam gimió suavemente…Continué masajeando sus hermosos glúteos con mis dedos. Ella siguió gimiendo y relajándose. Ahora ronroneaba despacio como una gata.Tomé una almohada y la puse debajo de su pelvis; para que ese tremendo culo quedara elevado en el aire. Me incliné y besé esas hermosas cachas, mientras Miriam ...
    ... suspiraba. Le pasé la lengua y le di unos leves mordiscos, mientras ella trataba de retorcer sus caderas. La piel se le erizó y continuó gimiendo con suavidad.Deslicé mi lengua por toda su raja y llegué hasta su estrecha entrada trasera. Ya estaba un poco lubricada con algún aceite.Le pregunté si eso era lo que ella quería y asintió con su cabeza, sin dejar de suspirar. Me suplicó que no me detuviera…Presioné mi lengua contra esa apretada abertura y la mojé con saliva. La desparramé bien con mi lengua, mientras Miriam gemía ahora con más intensidad, moviendo sus caderas y echando su culo hacia atrás, al encuentro de mi boca hambrienta.Comenzó a gemir y a suplicar por más…Separé sus firmes nalgas y hundí mi lengua en ese pequeño orificio. Ella giró la cabeza para mirarme, ya sin dejar de gemir, de jadear, de retorcerse.Su voz temblaba al preguntarme qué le estaba haciendo. Yo ya estaba dispuesto a cogerle el culo con mi lengua; pero Miriam me pidió que lo hiciera más profundo; así que entonces le metí un dedo hasta el fondo.Ella se revolvió, pero sin tratar de escapar. Jadeaba, sollozaba de placer, gemía y hasta daba unos chillidos agudos; sintiendo mis dos dedos explorando su recto.De pronto cambió su ritmo de respiración y sus jadeos. Entonces pude ver que su mano por debajo buscaba su concha empapada. Se frotó el clítoris, mientras yo le cogía el culo con mis dedos.De repente giró su cabeza y me pidió que le cogiera el culo, pero con mi verga. Que la empalara a fondo y que no ...
«12»