1. Invocando a un demonio


    Fecha: 10/02/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: huelepie, Fuente: SexoSinTabues

    ... como mucho había pasado una hora. No amanecería hasta las seis y media, solo debía esperar dos horas y media. -Acepto el trato. -Intentó sonar seguro pero la voz volvió a fallarle y sono más como un quejido. De repente la luz se hizo mucho más tenue, como si las llamas de las velas fueran a extinguirse. Notó como si el aire se moviera en su nuca. Ahora el espejo reflejaba su figura, ya no había ninguna sombra. Carlos respiró tranquilo, pensó que todo había pasado. Se levantó y al darse la vuelta vió una figura. Era un ser alto y esbelto. Tenía el pelo largo y unos ojos con una mirada profunda. Estaba desnudo y carecía de vello corporal. Su pene era enorme. -¿TE GUSTA? Ahora la voz no salió de dentro de su cabeza, era ese ser el que estaba hablando. Su voz era muy bella como de otro mundo. El demonió acarició el brazo de carlos, su tacto era como seda. -DESNÚDATE. Carlos se sorprendió al darse cuenta de que estaba quitándose la ropa sin querer hacerlo. Estaba excitándose pero no entendía por que se sentía así. Desde el brazo que el demonio había acaricado se extendió un calor por todo su cuerpo, tenía los vellos de punta. El demonio avanzó hacia él y lo besó. -No -dijo Carlos suspirando. -TU BOCA DICE NO PERO TU CUERPO DICE LO CONTRARIO. Carlos miró hacia bajo y le sorprendió ver su pene erecto. Nunca se había sentido atraído por un hombre. Sintió vergüenza y miedo. -VAS A SENTIR MÁS PLACER DEL QUE UN MORTAL PUEDE SOPORTAR. Sus palabras encendieron la llama que carlos ...
    ... sentía dentro. No entendía como podía excitarse tanto en esa situación. Le estaba dominando y a él le gustaba. Quería parar pero no podía evitar seguir. El demonio pasó sus brazos por detras de la cabeza de Carlos y le acarició toda la espalda y al llegar al culo le dio un ligero apretón. Carlos gimió, el tacto del demonio era suave pero a la vez como fuego. Le miró a los ojos y vió una oscuridad y una profundidad que le hicieron sentir minúsculo. Bajó la mirada sumiso. Las manos pasaron del culo a sus pezones, los acariciaba y Carlos sentía que no podría soportarlo más, el placer le nublaba la vista. De repente apretó los dedos y pellizcó los pezones. Carlos notaba como si tuviera ascuas en ellos, sentía dolor pero a la vez un placer enorme. Pellizcaba cada vez con más fuerza, parecía que el dolor era insoportable, entonces aumentaba más. Carlos lloraba no sabía si de dolor o de placer. El demonio liberó sus pezones y la calma llenó su mente. Empujó a Carlos a la cama, que cayó boca arriba. El dolor y el placer le habían dejado tan débil que apenas podía abir los ojos. Notó una brisa en sus pies descalzos y de repente sintió un dolor en sus plantas como si le hubieran dado un latigazo. El dolor era insoportable pero ese dolor le daba placer, con cada latigazo su espalda se arqueaba y su pene palpitaba. Sentía las plantas de los pies ardiendo como si caminara sobre brasas, y ese calor se expandía por todo su cuerpo en oleadas dándole un gran placer. Cuando parecía que estaba al ...