1. El bolero 2


    Fecha: 09/02/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Toda la semana Bryan ofreció sus servicios a través de mi secretaria y esos días lo rechacé por el mismo medio; quería que mi puto deseara fervientemente ser humillado nuevamente. Sin embargo el cuarto día le indiqué a mi secretaría que le informara a Bryan que lo necesitaría el día siguiente temprano: "dile que lo necesito a las 6 de la mañana, en punto". El día siguiente llegué a la oficina a las 6:15 horas y él estaba en la sala de espera notablemente nervioso. Lo ví, entré a mi oficina y, desde la puerta, aproveché que estábamos completamente solos para decirle en voz alta: "de verdad que eres pendeja, pasa maricón". Bryan se roburizó e ingresó a mi oficina. En un instante lo ví y me percaté que se esmeró por verse bien: traía gel en sus cabellos negros y lacios, olía a loción barata y su camisa estaba perfectamente planchada. -Puta, ahí está la cafetera, ¡prepárame un café, solo, sin azúcar!, pero rápido zorrita. Bryan trató de complacerme pero por su inexperiencia se equivocó una y otra vez. Yo lo regañé constantemente para corregirlo: ¡pendeja, el agua se pone atrás, sí tonta, abre esa compuerta! ¡serás estúpido puto, las tazas están enfrente de tí!, etc. Mientras más lo regañaba más evidente era su erección en el pantalón. Había encontrado a un completo sumiso masoca y lo iba a gozar lo más que pudiera. Cuando me llevó el café al escritorio, volteé mi silla y le indiqué que empezara a asear mi calzado, sorbí un trago de café, dejé que se entibiara en mi boca y lo ...
    ... escupí con fuerza en la cara de mi esclavo: ¡ni para preparar un buen café sirves joto!; su impulso fue limpiarse su cara morena, pero lo tomé de los cabellos y no lo dejé: "ni madres marica, vas a recibir con gusto todo lo que quiera darte! ¿o quieres otra madriza como la anterior? Él empezó a suplicar y pedirme perdón. Una cachetada y un cállate, resolvieron la situación. -He estado pensando en tí, putita, le dije. Mi leche te hizo mi mujer y ahora vas a abrirte de piernas cuando te lo ordene nena, tu conchita me pertenece, prietita. Bryan seguía sentado en su banco con café escurriendo aún en su cara y con la mirada hacia abajo. Ya había transcurrido una hora y necesitaba cogerlo, pero primero quería madrearlo, lastimarlo, causarle ese dolor y humillación que tanto deseaba: "desnúdate en chinga puto". Él se puso de pie rápidamente y se desnudó dejando su ropa en el piso. - Ponte en 4 patas como la perra que eres y él lo hizo sin pensarlo. - ¿para qué quiero verte la geta, puto? Enséñame la cola y ábrete las nalgas rápido, zorra. Una patada ayudó al proceso y ¡oh sorpresa! Se había rasurado (aunque mal) el culo. Vaya, puto, ¡muy bien! Te ganaste el derecho de mamar mi verga. Me puse de pie, bajé mi pantalón y volví a sentarme. "Voltéate y mama! Brýan había aprendido mucho: chupaba y lamía mejor. Seguía al pie de la letra mis instrucciones y recibía con evidente placer mis chacetadas y escupidas. Lo separé y le ordené que volviera a empinarse enseñándome el culo, toqué y ...
«12»