Buscaba mi libertad y perdi mucho mas - Relatos Eróticos

Buscaba mi libertad y perdi mucho mas

Se acercaban mis días más esperados. Durante mucho tiempo había soñado y fantaseado sobre como iba a ser mi vida universitaria.

Con 18 años, recién estrenada mi mayoría de edad, sin haber salido nunca de casa salvo por alguna excursión vacacional me encontraba tremendamente ilusionado con la idea de irme a estudiar a 300 km de mis padres.

No es que mi relación con ellos fuera mala. Me habían dado una educación bastante tradicional en colegio católico y hubiesen preferido que me decantase por alguna de las facultades de nuestra ciudad, pero yo quería más libertad, salir de casa a conocer mundo.

Cuando les conté que mi mayor ilusión era cursar la carrera de Educación Física no les hizo demasiada gracia, pero acataron mi decisión y la aceptaron fijándome una paga mensual de 350 euros para mis nuevos gastos de vivienda y alimentación.

Con esta cantidad me dispuse a buscar un alojamiento lo mas barato posible y tras llamar a varios anuncios que había ido recogiendo en el tablón de la facultad y el periódico, me decidí a llamar a uno especialmente económico.

Lo único que ponía era "se alquila habitación a chico estudiante. 110 euros al mes, todo incluido".

Cuando llegué al piso que me indicaron, me recibió un chico alto, andaría cerca del 1,85, 23 años, según me dijo mas tarde, pelo y tez morena, vestido con pantalones cortos y camiseta que dejaban ver una musculatura trabajada en gimnasio.

Sentí cierta envidia de su apariencia de actor de cine, ya que mi ...

... cuerpo delgado que con 1,75 apenas llegaba a los 60 kg aparentaba cierta fragilidad al lado del suyo. También mi pelo rubio, con un corte tradicional y peinado con raya al medio contrastaba con el suyo, negro y cortado al mínimo.

El piso tenia dos habitaciones, cocina, baño y un pequeño salon-comedor. Su habitación era enorme, con una gran cama que debía ser de dos metros de ancho y la que iba a ser la mía era de tamaño muy reducido, con cama de 90 y un pequeño armario.

No me podía permitir nada mejor, así que le dije que me quedaba la habitación, no sin antes internar en vano alguna rebaja.

Marcos me dijo que tenía que esperar un rato, que él no era el dueño del piso y cuando estabamos tomando un café y mientras me preguntaba por mi origen y familia, oímos la puerta de entrada y apareció otro chico algo mayor que Marcos. Tenía 30 años, moreno 1,80 mas o menos y también se notaba el gimnasio a pesar el traje que llevaba.

Me quedé totalmente cortado, sin saber que hacer o decir. Ante mi desconcierto, Ivan me explicó:

Al final le di la fianza y quedé en volver al día siguiente. Pasé la noche alterado, sin dejar de pensar en el beso que había presenciado. Yo no tenía ningún amigo gay y me asustaba un poco la situación, tras darle muchas vueltas decidí estar un par de meses y buscarme otro sitio con calma, sin las prisas del comienzo de curso.

Al día siguiente me presenté con la maleta, coloque mis cosas en el pequeño armario que tenia disponible y me dirigí a la ...