1. Entrega total (capitulo 3)


    Fecha: 24/01/2021, Categorías: Confesiones Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    El día había sido intenso para Marta. Paco, antes de salir para trabajar la folló como Dios manda, y a los pocos minutos de que su amo se fuera, salió hacia su trabajo para despedirse. Recogió las cosas de su mesa y se fue a la gestaría a llevar algunos papeles aunque los importantes no se los darían hasta dos días después.
    
    A continuación, se fue a la compra con una lista de cosas que Paco la dio antes de salir, y regresó cargada como una mula a casa. Rápidamente se puso con la limpieza y se aplicó tanto que se la olvido hasta comer: lo soluciono comiéndose un par de manzanas.
    
    Un poco antes de la hora prevista para que llegará su amo, se duchó y espero expectante su llegada. Cuando oyó la llave en la cerradura su corazón le dio un salto. Rápidamente salió a su encuentro feliz y con una sonrisa de oreja a oreja. Le echó los brazos al cuello y le ofreció sus labios que fueron aceptados inmediatamente.
    
    —¿Qué tal el día amo? —preguntó con cordialidad después de besarle.
    
    —Pues bien y mal, y tú eres la culpable.
    
    —Lo siento amo.
    
    —No te preocupes: luego hablamos. Ayúdame a ducharme.
    
    —Si amo.
    
    Entraron en el dormitorio y Marta se arrodilló para quitarle los zapatos y los pantalones. Después entró con él en la ducha y estuvo enjabonándole. Cuando terminaron, salieron al salón.
    
    —Prepárame un whisky, —dijo sentándose en el sillón. Cuando se lo llevó, la cogió de la mano, la sentó en su regazo y se puso a morrearla—. He estado toda la puta mañana pensando en ...
    ... tus labios, tanto, que incluso he estado a punto de cometer un error en una operación, pero…
    
    —Lo siento amo.
    
    —… por fortuna me he dado cuenta a tiempo. Sólo pensaba en cómo me iba a comer tus labios y como te iba a meter la polla en la boca, como me la chupabas y cómo la llenaba de semen, —Marta sintió una punzada de placer en el clítoris. Paco empezó a morrearla con mucha pasión y estuvo así mucho tiempo. Metió la mano entre las piernas de Marta y la apretó el chocho provocando un gemido mientras apretaba la mano con los muslos. La agarró por el pelo y tiró de la cabeza hacia atrás con fuerza para que dejara el cuello totalmente accesible. La estuvo besando ahí hasta que se hartó mientras seguía estimulándola con la mano. Llegó al orgasmo y observó en primer plano la expresión de su rostro al correrse: cómo los ojos casi se le ponían en blanco.
    
    Todavía no se había recuperado, cuándo la hizo ponerse bocabajo sobre sus piernas y empezó a azotarla el trasero mientras la mantenía asida por el pelo. Lo hizo fuerte, con saña, buscando premeditadamente causarla el mayor dolor posible. Con los primeros azotes no chilló, pero según se iban sucediendo los azotes, empezó a quejarse cada vez más fuerte al tiempo que el trasero empezaba a alcanzar un atrayente tomo rojizo. Sin aviso alguno, dejó de azotarla el trasero y la metió un par de dedos en el culo. Marta arqueó la espalda y Paco empezó a mover los dedos con mucha velocidad. Las quejas de dolor dieron paso a los gemidos ...
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