1. Buscando tazas de La Bella y la Bestia


    Fecha: 23/01/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez. Esta vez el gemido fue cambiado casi por un grito. Marcos notaba el sudor en todo su cuerpo, un sudor de él pero también mezclado con el de ella.
    
    Se levantó y la volvió a besar. Ella estaba con la cara completamente colorada, sonrojada, sudada. Ya no era uno el mechón de pelo suelo, sino varios. Y sus ojos verdes brillaban de forma especial. Marcos nunca había visto nada igual. Y nunca había deseado tanto follarse tanto a una chica. Todo su mundo se encerraba ahora mismo en una sola cosa: iba a meterla la polla a Verónica.
    
    Estaba supererecta y él temía que con un par de empujones se corriera. Pero ese temor no tapaba lo que era su único objetivo en la vida en aquel momento: verla entrar y salir de aquel cuerpo.
    
    Notó como la mirada de ella se desviaba a un lado. Él no se había dado cuenta pero el coche que había estado allí desde el principio se había aproximado. Pudo ver como la rubia y su chico estaban mirándolos. Y en la posición en la que estaban seguro que lo estaban viendo todo.
    
    La mirada de Marcos se concentró en la de Verónica.
    
    -Y me importa una puta mierda que nos miren.
    
    Ella esbozó una sonrisa y lo besó. Él se agarró la polla y doblando algo las rodillas se llevó el glande hasta que quedó sobre el coño de ella. Lo movió arriba y abajo notando como ella se estremecía. El glande parecía resbalarse, parecía que pensara sólo y que quería entrar sí o sí solito en aquella raja. Pero no entró sólo, fue Marcos quien lo dirigió. Entró deslizándose, muy ...
    ... fácilmente. Allí con ella con sus brazos alrededor de su cuello, sus bocas unidas en un beso, empezó a mover las caderas para follarla. Lentamente, porque cada vez tenía más claro que le faltaba poquísimo para correrse.
    
    Notaba el tremendo calor que emanaba del interior de ella, notaba un cúmulo enorme de cosas, desde las piedras en los pies, hasta el olor a ella, las gotas de sudor que recorrían su cuerpo, las gotas de sudor que recorrían el cuerpo de ella… pero sobre todo estaba el deseo de follarla.
    
    -Creo que no puedo. Voy a irme.
    
    Ante eso, ella lo besó más intensamente. Pero antes de correrse él quería penetrarla en otra postura. La mordió en el labio inferior y levemente hizo, apretando sus caderas, que se girara hasta quedar de espaldas. Ella no opuso ninguna resistencia. Él dio un par de pasos atrás, colocó una mano en la espalda de ella haciendo que se colocara en posición.
    
    Colocó el pene, enfundado en aquel condón ya todo chorreante de fluidos, entre los dos cachetes del culo. Lo apretó con un par de dedos contra la piel de ella. Dio otra vez un paso adelante para que el pene subiera, rozando la piel de ella hacia la espalda. Sus huevos estaban en contacto directo con la vulva de ella. Lo podía sentir perfectamente. Lo volvió a repetir. Le gustaba aquello. Aunque no podría hacerlo mucho porque notaba que se iba a correr de un momento a otro. Con los dedos presionando la polla y volviendo a dar un pequeño paso atrás la hizo descender entre los cachetes de ...