1. Lency, prostituta gordita que me desvirgó


    Fecha: 18/01/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: gordilover, Fuente: RelatosEróticos

    Yo tenía 19 años. Hacía mi servicio social en una institución pública en el centro de la ciudad. Como a los de servicio social ni les prestan atención, me la pasaba en una computadora con un internet súper lento. Pocas eran las veces que me pedían algún trabajo pero era divertido cuando mi jefa salía y podía espiar a placer su lap. Mi jefa se llama Lidia, y estaba llenita, con un par de tetas grandes y firmes, y era muy atenta conmigo.
    
    Un día ella salió, me dijo que probablemente ya no regresaría a trabajar y se despidió de mi. Entré a su computadora donde había dejado el explorador abierto. Como de costumbre chequé su mail y vi algunas fotos, pero en una ventana había abierta una página de relatos eróticos en donde ella tenía su sesión abierta y la sorpresa que me llevé fue que era escritora de relatos, y acababa de escribir uno donde según, ella hacía de todo conmigo en la oficina.
    
    Lo leí, lo volví a leer y quedé tan cachondo y muy seguro de que pronto podría pasar algo, pero ella ya no iba a regresar y mi calentura estaba a todo lo que daba. Sinceramente a esa edad yo seguía virgen. Nunca sentí mi verga tan parada, era una grata costumbre masturbarme pero sentí la necesidad de ir más allá. Sabía que si al otro día hacía las cosas bien, Lidia y yo podríamos tener algo, pero la calentura era hoy.
    
    Salí de las oficinas. En esa época yo era un total inexperto en el sexo y lo que lo rodeaba, pero estaba convencido de que debería haber putas cerca, o alguna mujer a la ...
    ... que pudiera convencer de tener algo. Caminé demasiado, fueron muchos kilómetros y una hora y media más tarde, regresaba a las oficinas por el otro lado cuando vi que en la otra esquina, la que nunca había pisado, había putitas esperando. Me sentí estúpido pero seguía cachondo y podía pagar.
    
    Llegué y había 5 muchachas paradas, normales, nada del otro mundo. Pero en seguida me llamó la atención una señora gordita, morena y con unas tetas inmensas. Ella se dio cuenta, se acercó y me dijo:
    
    - Hola mi amor, ¿quieres estar conmigo?
    
    No me lo dijo dos veces. Pagué y pasamos a un cuarto muy feo por cierto, pero yo estaba clavado en sus tetas.
    
    - Me llamo Lency mi amor, si quieres puedes tocarme mientras me quito la ropa
    
    Me puse por detrás de ella y como en las películas que había visto, comencé a besarle el cuello.
    
    - ¿Es tu primera vez verdad amor?
    
    - Si Lency
    
    - La mía también bebé
    
    Empecé a tocarle sus maravillosas tetas y me vendió como extra un oral que acepté gustoso pero recibí decepcionado. Se acostó en la cama, se abrió de piernas y la penetré. Yo estaba tan cansado que no podía correrme hasta que ella me ayudó y me masturbó. Fue decepcionante. En mi inocencia, le pedí y aunque su boca apestaba a cigarro, por lo menos un beso en los labios y ella se negó, argumentando que eso no se hacía con los clientes.
    
    Comenzamos a vestirnos y ella me dijo que si le disparaba una cerveza en la cantinita de al lado. Le dije que no y regresé al trabajo prácticamente ...
«12»