Andres y yo. - Relatos Eróticos

Andres y yo.

Necesitaba cambiar la chapa de la puerta de la casa en que vivo, pero la puerta es metálica y la chapa esta soldada, entonces para ello necesitaba un mecánico que me haga el trabajo, el sabado voy buscar uno que había visto por el barrio. Lo encuentro como a cuatro cuadras de mi casa y le pregunto si podría hacerme ese trabajo, me dice que si, pero que en este momento no podría, que quizas pudiera desocuparse a las cinco de la tarde, le doy mi dirección y mi teléfono ofreciéndole esperar en mi casa.

Ya en la intimidad de mi casa, yo estoy vestido de nena, luego de haber terminado de asear y ordenar la casa, estoy con sandalias con las uñas pintadas en color rosado pastel, un leggins y un top, con un brassier y rellenos, llega las cinco y no venia el mecánico, le llamo a su teléfono y me dice que si podía esperarle veinte minutos que estaba terminando un asunto, le digo que si, pues no tenia otra opcion. Pasados los veinte minutos tocan el timbre de la puerta y rápido me saco los rellenos, me pongo una polera encima, y también un pantalón de buzo y salgo a abrirle la puerta, es èl, viene algo ebrio, le muestro cual es la chapa que quiero que me la cambie y le alcanzo la nueva, me dice que esta bien, que para eso hay que desoldar la chapa anterior, entonces lo puedes hacer mañana? Pero es domingo, y no trabajas los domingos, tienes mucha plata creo le digo, no es eso, lo que pasa es que vivo solo y tengo que asear la casa, lavar mi ropa, todas esas cosas, y porque vives ...

... solo, no te has casado, nunca me case solo he convivido cuatro años y me separe, no nos entendíamos, pero debes conseguir pues una pareja le digo, no eres mal parecido y la soledad de viejo creo que es muy dolorosa, lo que pasa creo que ya no me gustan las mujeres, se me pararon los oídos con esa respuesta, le pido que entre a la sala a tomarnos un par de cervezas hablando, veo que de rato en rato dirige su mirada a mis pies, pues estando con sandalias se veían mis uñitas pintadas, quedamos al final en que vendría mañana a las once de la mañana, ok, lo despido en la puerta. El mecánico se llamaba Andrés, tenia como 45 años, un poco más alto que yo, algo desaliñado pero agraciado, con casi nada de barriga.

Para el dia siguiente no tenia visita alguna y me dispuse a preparar como cada domingo que estoy sola, mi almuerzo, me iba a hacer un lomo saltado y revise que tenia una botella de vino y me compre adicionalmente una docena de cervezas.

Llego poco antes de la hora, yo me puse un buzo algo apretado, un polo largo y estaba con zapatillas, comenzó a hacer su trabajo y yo lo veia, terminó casi a la una de la tarde, le invito a pasar a mi sala y le alcanzo una cerveza, quedamos el precio y le digo donde almuerzas, a veces me cocino algo pero otras veces, las mas, voy a la pensión, ocupa tiempo también cocinar, si ps. Ahh si me esperas podemos almorzar aquí, voy a cocinar algo rápido, le digo, ok, te espero, no tengo nada que hacer mas que descansar, le alcanzo el control de la ...