1. Dueña de mi hermana y madre (Cap. 4): Nuestra ama nos renta


    Fecha: 24/10/2017, Categorías: No Consentido Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    ... sintieran halagadas, sino que hasta logró que sus propias madres aceptaran también presentarse esa misma noche.
    
    Tanto la esclavita como yo habíamos cumplido con la mitad de nuestro trabajo encomendado, ahora solo faltaba lograr que nuestra familia al igual que las amigas de la esclavita al momento de estar en el reino de nuestra Ama no tuvieran otra opción más que rendirse a sus pies mientras que se les pudiera explotar lo más posible, y una vez ya habiendo gastado sus energías y mejores años serían desechadas y reemplazadas por otras nuevas.
    
    La noche era joven y el ambiente se sentía muy cordial, lo que las invitadas no sabían es que la comida de sus platos tenía disuelto un sedante que conforme más comían, mas rápido era el efecto tranquilizante.
    
    Al ver como caían desmayadas en la mesa, al momento que la última también se desmayó, nuestra Ama nos ordenó deshacernos de la comida con el sedante para después llevar a las invitadas a la mazmorra y ahí enjaularles. Fue hasta la mañana siguiente que fueron despertando todas incluida mi familia, la cual al verse dentro de una jaula preguntaron qué demonios estaban haciendo en ese estado.
    
    Mi hermana me preguntó porque le estaba haciendo eso a su propia familia, yo respondí “Lo siento pero nuestra Ama nos tiene prohibido hablar de temas que no nos competen, ella te explicará después”, mi hermana enseguida pregunto ¿Qué diablos estas diciendo, y ...
    ... de que Ama estás hablando? Sácame de aquí inmediatamente para que me largue de esta casa de locos, jamás debí creer que era una cena solo para convivir. Solo respondí “No tengo la autorización de soltarte ni sacarte de la jaula aun, eso solo lo decide mi Ama”
    
    Apenas respondí, se abrió la puerta de la mazmorra dejándose ver un haz de luz exageradamente luminoso, a tal grado que no permitía distinguirse quien estaba entrando. Al llegar junto de mí, me arrodillé para besar y lamer los benditos pies de mi Ama. Mi hermana no entendía que hacía yo lamiendo y besando los pies de mi hija mayor y menos entendía que hacía yo postrada en pose de adoración.
    
    Mi hermana intento preguntar que hacía ahí cuando bruscamente mi Ama exclamo ¡A callar perra, aquí nadie habla sin previa autorización de mi parte, ha quedado claro! Fue el tono tan enérgico en que mi Ama habló, que mi hermana le tuvo miedo y guardó silencio. Nuestra Ama dijo las mande a traer porque tengo un negocio de limpieza doméstica que está teniendo mucha demanda y necesito personal, así que ustedes van a desempeñarse como criadas. ¿Alguna pregunta? Al ver como mi Ama había hablado callando a mi hermana, las demás no se atrevieron siquiera a respirar más fuerte de lo normal, solo se escuchó un suave y poco audible “SI SEÑORA, como usted ordene”, todas respondieron así siendo o no de la familia. El Ama se retiró dándome órdenes para educar a todas. 
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