1. Penélope, la mujer ideal (Parte 1 de 3)


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegar, mi esposa me presentó a la tal Eleonora, una elegante mujer de buen porte, hice mi mejor sonrisa, entonces ella dijo en voz alta
    
    -Penélope! vení por favor…
    
    Fue entonces cuando mi vida cambió, cuando mi corazón se paró de golpe, cuando todo lo que estaba en orden quedó patas para arriba, un ser angelical salió desde una de las habitaciones, de curvas exageradas y formas voluptuosas, era perfecta, perfecta por donde la mirase, no tenía nada que cambiarle, nada le sobraba, nada le faltaba, todo justo en su medida, una silueta pintada a mano. Todas las mujeres tiene algo bonito para elogiar, pero Penélope era la perfección en formas, pechos, caderas, piernas, vientre, espalda, altura, todo encajaba con todo.
    
    Creo que todo hombre tiene en su imaginación a la mujer ideal, bueno, esa joven era mi imaginación hecha realidad…
    
    Vino a mi encuentro, me quedé mirándola como un estúpido, estaba descalza, con un viejo short de jean de tela gastada que mostraba unos muslos hermosos, un culo perfecto y respingón, su vientre chato lucía un piercing brillante atravesando su ombligo, un top holgado no lograba disimular el tamaño de sus generosos pechos.
    
    Me dio un beso en la mejilla, su cara redonda con grandes y profundos ojos almendra, su piel perfumada, deliciosamente bronceada por el sol del verano que moría día a día, sus cabellos negros que corrían en enormes rulos por su espalda hasta su cintura, con una sonrisa amigable pintada en sus gruesos labios, esa era ...
    ... Penélope.
    
    Después de las presentaciones y unas pocas palabras, me excusé para ausentarme, debía encender el fuego en la parrilla para preparar la cena, de paso dejaría a las mujeres a solas para que hablaran de sus cosas, seguramente tendrían demasiado de que hablar.
    
    Mientras acomodaba ramas secas, algo de carbón y un poco de leña me noté perturbado, estaba impactado, en mi mente solo estaba dibujada la perfección de esa joven, trataba de apartarla, pero no podía evitarlo…
    
    -Facundo…
    
    Sentí su dulce voz a mi espalda, giré y prosiguió
    
    -Me manda la tía Rosa…
    
    En sus manos tenía dos jarras con espumeante cerveza, una para ella, otra para mí, tomó un trago y la espuma quedó pegada en la punta de su nariz, con una sonrisa pasé mi dedo para limpiarla, como habría hecho con Lara.
    
    No supe el motivo pero lo cierto es que la joven se quedó haciéndome compañía mientras encendía el fuego, y hablamos, hablamos como si nos conociéramos de toda la vida, aunque yo me concentraba en lo que hacía y trataba de evitar mirarla.
    
    Platicamos de nuestras vidas, me contó que tenía veinte años, que estudiaba medicina y que echaba de menos a su padre, que no tenía novio, que los chicos la aburrían y la había acompañado a su madre para que no estuviera sola.
    
    Estábamos muy a gusto, hasta que Lara se unió a la charla, maldije por dentro, pero rápidamente ellas hablaron cosas de chicas, de su edad y pronto quedé fuera de juego por lo que seguí con los preparativos de la cena.
    
    Comimos e ...