1. Penélope, la mujer ideal (Parte 1 de 3)


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... un lateral, una piscina magnífica con solárium, mesas y sillas a unos metros y un galpón con techo de chapa al fondo completando la edificación, un lago enorme y sereno descansaba tranquilamente al frente, grandes árboles verdes que se mecían suavemente con la brisa de verano bordeaban toda la circunferencia hasta donde llegaba mi vista y al fondo se dibujaban oscuras montañas que morían en la altura contra el celeste furioso del cielo.
    
    Estacioné el coche a la sombra y algunos perros del lugar delataron nuestra presencia, fue entonces que apareció a nuestro encuentro la famosa tía Elisa quien se abrazó largamente por los años pasados con mi esposa y como suele suceder se sorprendió por lo grande que estaba Lara.
    
    Rosa me presentó con su tía, la anciana tenía más de setenta años pero se mostraba más que perfecta, con su largo cabello blanco recogido en un rodete, ojos celestes como el cielo y piel suave al tacto, con un amplio vestido que le llegaba a los tobillos y una calidez dulzona en su forma de hablar.
    
    Nos condujo a las habitaciones, nos dejó que eligiéramos a nuestro gusto, la temporada recién terminaba y ya no quedaban huéspedes en el paraje.
    
    Todo encajaba relativamente bien, salvo por un detalle, por una conversación entre la anciana y mi mujer
    
    -Rosa, te acordás de tu prima? Eleonora?
    
    -Si! tanto tiempo… supe que enviudó…
    
    -Si… pobre…
    
    -Pero suele venir por acá, le dije que estarían ustedes… y a que no adivinas?
    
    -No me digas que ...
    ... vendrá?
    
    -Siii! el fin de semana! y traerá a Penélope! Te acuerdas?
    
    -Penélope? Debe ser toda una mujercita! Pensar que era así la última vez que la vi!!!
    
    Mi esposa hizo una seña con su mano detallando una altura acorde a una pequeña de cinco años, no presté mucha atención a lo que siguieron charlando, solo maldije mi suerte, mujeres y más mujeres en ese lugar perdido del mundo.
    
    En la noche, Rosa me contaría un poco de esa historia, Eleonora no era prima directa, en realidad era de esas historias de prima de la hija de la tía que en algún lugar del árbol genealógico tenía un punto en común, historia que por cierto no tenía interés en aprender, también me contó que en la infancia vivían cerca y eran muy amigas, hasta que el destino las llevó por distintos caminos.
    
    Mis días transcurrieron en relativa calma y descanso, nadando en el frío lago o disfrutando de las aguas más cálidas de la piscina, haciendo paseos en bicicleta, tirado en la hierba al sol, usando los parrilleros para hacer carnes asadas y disfrutando de unos exquisitos dulces caseros de la tía Elisa, que eran muy famosos en el pueblo según ella contaba.
    
    El viernes por la tardecita salí a andar un rato en bicicleta en compañía de mi querida hijastra, solo a pasear y a hablar de la vida, al regresar noté que una gran camioneta negra de vidrios polarizados estaba cercana a mi vehículo, adiviné que la prima Eleonora y su hija habían llegado, tragué saliva, maldije en silencio y me preparé para el mal trago.
    
    Al ...