1. Penélope, la mujer ideal (Parte 1 de 3)


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    Siempre sostuve que la vida de toda persona es como subir y bajar una montaña, en general, uno gasta media vida para llegar a la cima, pone todos sus esfuerzos, sus ilusiones, sus ideales, sus ambiciones, cada uno tiene su montaña, cada uno elige que tan alto está dispuesto a escalar, una vez que se llega a la cima comienza el lento descenso, a disfrutar del logro conseguido, relajado, distendido.
    
    Cada uno también es dueño de decidir cuantos años quiere estar escalando, hay muchos que se pasan la vida tratando de llegar a la cima, hay algunos que por su ambición desmedida ni siquiera llegan.
    
    Recién pasados mis cincuenta años tenía bien en claro que estaba en edad de saborear mi descenso, era feliz con lo conseguido, quería disfrutar los días que me quedaban entre los cincuenta y la muerte.
    
    Le llevo pocos años a Rosa, mi esposa, estamos por cumplir quince años de convivencia, ambos vivimos con Lara, su hija, mi hijastra, producto de su anterior matrimonio, ella tiene casi veinte.
    
    Nos llevamos bien, sé que no soy su padre, sabe que no es mi hija, pero para mí es como si lo fuera, la amo con locura, más por el hecho de saber que soy estéril, perdimos muchos años con Rosa tratando de ser padres, hasta que la ciencia dio cuenta de mi imposibilidad.
    
    Rosa, su ex esposo y Lara llevan una eterna relación de amor y odio en la cual aprendí que no debía meterme, porque de alguna manera, por una o por otra, siempre terminaba siendo el malo de la película.
    
    Mi vida ...
    ... laboral de los últimos años se resume a vendedor de mostrador de una importante firma de neumáticos, que haría aburrida la historia si entro en detalles que no vienen al caso.
    
    En los últimos días de verano Rosa insistió para que tomáramos una semana de licencia, al menos una semana, hacía tres años que trabajaba sin parar, sin descanso y realmente necesitábamos hacer un impase, pero no teníamos demasiado dinero…
    
    Ella se encargó entonces de programar unos días de su tía Elisa, solo la conocía por lo que ella me contaba, la verdad es que no me interesaba demasiado la idea.
    
    La tía Elisa era una vieja solterona que vivía en un verde valle a trescientos quilómetros de casa, tenía un gran paraje turístico a orillas de un lago, flanqueado por verdes árboles y medianas montañas de fondo, ideal para unos días de soledad, desconectado del mundo.
    
    Acepté de mala gana, sin imaginar lo que me deparaba el destino.
    
    El viaje fue cuesta arriba, no me agrada conducir, y menos con Rosa y Lara que parloteaban sin parar como si hiciera años que no se veían, nunca entendí esa forma de hablar de las mujeres, siempre tienen tema, creo que ni se escuchaban.
    
    Al llegar, mi primera impresión fue más que positiva, tuve que reconocer que el paisaje era magnífico y me arrepentí de dejar pasar tantos años para conocerlo, tal cual lo que Rosa me había contado, una vieja edificación perfectamente mantenida, pintada en combinaciones de ocres y tonos rojizos, una chimenea humeante se levantaba sobre ...
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