1. Incesto gay entre primos 4


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Incesto Autor: getaway11, Fuente: SexoSinTabues

    ... además tenían muy poco vello en el cuerpo y les gustaba quitárselo todo, así que casi siempre tenían bien rasuradito el pito y el culo. Mi hermano y yo ya teníamos más cuerpo de hombres, nunca fuimos gordos y nos gustaba hacer ejercicio, así que no desentonábamos tanto con el físico de nuestros primos. Nuestras vergas son casi iguales, gruesas de unos 18 centímetros, solamente que yo tengo circuncisión y mi hermano no. Mis primos se calentaban mucho con nuestras vergas gruesas y les encantaba chuparlas y ensartárselas por el culo, además de recibir vergazos en la cara y en los labios. Pensando y recordando todas estas cosas, mi mente calenturienta y medio ebria empezó a confundirse en la madrugada. Y por alguna estúpida razón me pareció buena idea irme a meter de nuevo al cuarto de Miguelito. Al principio me acerqué para mirarlo, yo no quería asustarlo ni nada por el estilo, solamente verlo dormir. Entonces él se giró en la cama y dejó descubierto su lado izquierdo del cuerpo, mostrando toda su piel y dejándome ver que no tenía nada de ropa. Se le podía ver claramente el huesito de la cadera tan sexy, parte de su abdomen, el pecho y una pierna larga y musculosa. Una vez más, el instinto sexual me llevó a hacer algo estúpido y empecé a acariciar su entrepierna por encima de la cobija. Su verga aún estaba tapada pero podía sentir claramente el bulto sobre la cobija y me parecía que tenía una erección. Luego mi primo se acomodó de nuevo y yo retiré por un momento mi mano, pero ...
    ... lo que hizo fue jalar más la cobija y abrir más las piernas para mostrarme más piel. Tomé ese movimiento como una invitación a seguirlo tocando, así que empecé a acariciarlo con más confianza, no solamente sobre la cobija sino también por las partes de su piel que estaban descubiertas. En un momento me convencí a mi mismo que mi primo estaba haciéndose el dormido. Así que tomé valor y metí mi mano bajo las cobijas, mi mano temblaba de la excitación y mi corazón latía fuertemente. Recordé las mil veces que hice lo mismo con mi hermano, desde que éramos pequeños y yo me despertaba caliente en mitad de la noche, me quitaba la ropa y me iba a seducirlo a su cama para que me cogiera. Solamente que ahora en lugar de hacerlo con mi hermano 3 años mayor, lo estaba haciendo con mi primo 11 años menor que yo. Casi de inmediato me surgió una duda de lo que estaba sintiendo con mi mano, no podía creerlo, así que tuve que prender la luz y casi no me importó que mi primo se despertara, pero necesitaba corroborar que estaba sintiendo una verga enorme, blanda pero gruesa y cabezona. A diferencia de sus hermanos, mi primito tenía una verga muy gruesa, fácilmente más gruesa que la mía y por lo menos así dormida se veía gigantesca. Miguelito no reacción a la luz, así que me agaché sobre él y empecé a chuparle el pito. Me daba vueltas en la cabeza la curiosidad de saber cómo sería su verga totalmente erecta. Poco a poco fui sintiendo como crecía su miembro dentro de mi boca, esa sensación siempre ...
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