1. Cita a ciegas con sorpresa


    Fecha: 11/01/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Orlando me estaba metiendo algo frío en el chocho.
    
    Me estaba ahogando, esposada, sin poder zafarme y esa enorme polla en la boca, no podía respirar. Mis lágrimas corrían por mis mejillas, y de repente sentí la liberación de que me la sacara de la boca. Respiré agitadamente mientras seguía llorando. Fran estaba encantado de verme así.
    
    Entonces Orlando tiró de mí, dejando mi cabeza por fin en posición horizontal, y ví cómo lo que me estaba metiendo era la pistola. La sacó llena de mis flujos y me hizo chuparla, y reconozco que me excitó muchísimo.
    
    Entonces me dió la vuelta, y me dijo que me pusiera a cuatro patas. No podía por estar esposada, así que me liberó y yo pude poner las manos sobre la cama para ponerme como una perrita. Orlando se puso delante de mí, y con dos cordones me hizo dos coletas en el pelo. Fran le felicitó por la idea, mientras me magreaba las nalgas por detrás. Entonces, sin mediar palabra, me la metió de golpe con un gran gemido, y empezó a follarme con gran placer. Orlando me agarró del pelo, una mano en cada coleta, y me acercó la boca para que se la chupara.
    
    Nunca me había visto en esa postura, y disfruté siendo follada mientras me comía una polla mientras me tiraban del pelo. Los dos gemían mucho, excitadísimos. Se oían mis succiones con la boca, y el chof chof de la polla de Fran entrando y saliendo de mi.
    
    De repente Fran me folló más deprisa, y dijo "Ando, ...
    ... dejamela que me voy a correr" así que Orlando la sacó de mi boca y me dió la vuelta, en el momento justo que Fran se corría y dejaba caer toda su leche sobre mis tetas. Orlando fue al baño y volvió con una jarra llena de agua, que me lanzó encima para limpiarme. La cama quedó toda mojada, así que agarró una de mis coletas y me acercó a un escritorio sucio donde me dijo que me sentara al borde.
    
    Para mi sorpresa, se arrodilló y metió su lengua en mi raja, lamiendome el clítoris con pasión. Mientras pude ver como Fran se vestía y se marchaba sin decir nada.
    
    Orlando paró un momento y me dijo "no se te ocurra correrte, puta", y siguió chupandome con maestría. Me costó mucho contenerme, notaba su lengua jugando con mi clitoris y me estaba volviendo loca de placer, hasta que por fin se levantó y me la metió para follarme salvajemente. Me decía, esto es lo que querías, verdad puta? y yo decía, sí, sí, sí, y alcancé el orgasmo entre profundos gemidos de placer. Orlando se corrió dentro de mí mientras las contracciones de mi orgasmo estaban aún bien fuertes.
    
    Antes de sacarmela, me acarició, me besó y me dijo que si quería otra sesión de sexo duro ya sabía donde encontrarle.
    
    Me quedé en la mesa, con las piernas abiertas, los muslos chorreando de semen y mi vello púbico lleno de viscosa sustancia blanca, mirando como se ponía su uniforme de policía y se marchaba tirandome un beso desde la puerta. 
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