1. El caliente embarazo de Rosa


    Fecha: 09/01/2021, Categorías: Confesiones Autor: xavimysk, Fuente: CuentoRelatos

    -¿Dónde vas con eso tan grande? Pero mira que eres burro, ¡eso luego es todo semilla y está medio hueco por dentro hombre!
    
    -Perdone la señora, es que últimamente se ha vuelto muy exigente con las verduras- Contestó Luis bromeando. ¿Estos están mejor?
    
    -Hijo, ni tanto ni tan poco, que eso cuando lo pelas se queda en nada- Respondió Rosa y a continuación miró al cielo y dejando escapar un suspiró simuló armarse de paciencia con el desastre de su marido.
    
    -Me parece que los que le gustan a su señora son estos de aquí caballero- La voz correspondía a un minúsculo anciano de voz achacosa, que con una sonrisa alargaba un pepino de tamaño intermedio en dirección a Rosa. –Este sí está justo en su punto, ¿Verdad señora?- Añadió el abuelo orgulloso de su perfecto dominio de los productos de la huerta.
    
    -Sí, sí, justo así, gracias.- Asintió Rosa sonrojándose. – ¿Ves como no es tan difícil?- Reprochó a su marido.
    
    -Es que la juventud ya no sabe de dónde viene lo que comemos- Dijo el simpático abuelete- Ya verá, ya verá como el que trae usted terminará por pensar que la comida sale directamente de la nevera- Añadió señalando la prominente barriga de Rosa que ya se encontraba en la trigésimo primera semana de embarazo.
    
    -Bueno vale, ya me he cansado de que me restreguéis lo inútil que soy. ¿Falta algo más? Tengo ganas de irme para casa- El tono de Luis era ligeramente malhumorado.
    
    - Zanahorias y plátanos.- Le contestó Rosa mirándole seriamente como reproche por su mala ...
    ... educación y a continuación se volvió con una sonrisa para proseguir conversando brevemente con el anciano.
    
    Algunos minutos más tarde Luis regresaba junto a su mujer con dos bolsas y las depositaba en el carro de la compra mientras ella se despedía de aquel vejete deseoso de conservación.
    
    -Bueno, nos vamos.
    
    -Sí, sí yo también me voy para casa. Venga hasta otro día majos y que tengáis mucha salud para criarlo.
    
    -Muchas gracias, adiós- Dijo Rosa con simpatía.
    
    -Adiós- Añadió Luis con todo lo contrario.- Pero mira que te enrollas fácil con todo el mundo Rosa.
    
    -¿No querrás que sea tan antipático como tú?- Contestó su mujer a la vez que le sacaba la lengua en un gesto de burla.
    
    Al día siguiente Luis se levantó como cada mañana a las siete para ir al trabajo, se despidió de su mujer dándole un beso en la frente y la dejo en la cama.
    
    Rosa había dejado de trabajar algunas semanas atrás. La totalidad de su jornada laboral transcurría en pie y se encontraba cobrando la prestación por riesgo durante el embarazo, así que no tenía ninguna prisa por levantarse. No obstante aquel día lo hizo en cuanto Luis salió por la por la puerta.
    
    Acudió a la cocina, puso el tapón en el fregadero, lo lleno de agua y añadió unas gotas de lejía. A continuación buscó las verduras y frutas compradas el día anterior y las sumergió en la mezcla desinfectante durante un buen rato.
    
    Mientras esperaba se dedicó a poner la lavadora y realizar otras pequeñas tareas domésticas al termino de las ...
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