1. Nueve folladas en Querétaro


    Fecha: 08/01/2021, Categorías: Hetero Autor: sexotica, Fuente: RelatosEróticos

    El siguiente relato comenzó dentro de un congreso de imagen y pedagogía que se desarrolló en la ciudad de Querétaro cuando Ansberto Cirilo un maestro de telesecundaria de Toluca, conoció accidentalmente a Yadira proveniente de Zacatecas. Esta es su historia:
    
    A las cinco para las diez
    
    Aquella noche sentía la cama inmensa, fría, ya eran casi las 10, no tenía más alternativas que dormir, las calles me resultaban hostiles y los ladridos de los perros de dos patas me intimidaban. El único lugar seguro, las cuatro paredes de ese pequeño cuarto y el ruido de una programación ensordecedora. Sólo había una pequeña luz, una llamada que no llegaba haciendo más larga la agonía.
    
    La angustia y la desesperación me arrojaron fuera del cuarto, quizá la señal del teléfono no era buena. Al salir observé a un intruso en mis planes, un hombre encogido por el frío y mandando mensajes de su celular, -que atrevimiento, estaba sentado en el lugar que yo quería para esperar a que pasara el tiempo-.
    
    De momento no supe que hacer, él ahora me veía, y yo me veía a mí misma con un suéter y pantalón, no traía mi disfraz, la pintura se había borrado de mi rostro, el pelo en desorden sujetado con un broche, el frío encogía mis hombros y mi rostro se fruncía de frustración porque no recibía la llamada.
    
    Pensé en regresar al cuarto, di unos pasos sin sentido y terminé derrotándome ante un sillón gris. No recuerdo quien habló primero, posiblemente él, yo al principio no deseaba hablar, aunque lo ...
    ... necesitaba, ya eran dos días sin comunicarme con nadie. La plática fluyó, de educación pasamos a política, de política a clima y así sucesivamente. Estábamos ahí sentados a dos metros de distancia, porque no había nada mejor que hacer.
    
    Superado el trauma del disfraz, no me importaba como me veía, al principio él no me interesaba, yo no intentaba gustarle, no lo quería seducir, -lo tenía todo muy claro-. Así que retomé la plática, pasaron las horas, los jóvenes subían y bajaban, parejas se paseaban, perfumados abandonaban sus cuartos y la plática continuaba, le ocultaba información no trataba de ser honesta con él, pero las cuentas no cuadraron y me descubrió, evidenció la falta de información, y entonces lo vi, no había cuidado mi camino a él, siempre evado a los hombres, les dijo palabras incoherentes, trato de que me vean excéntrica y corran, pero ahora me había mostrado como realmente soy.
    
    No puse la barrera, no sentí amenaza, me sentí segura, y mientras pensaba la plática continuaba, entre enfrentamiento de ideas y pocas coincidencias, lo que me retenía era la soberbia, demostrarle que yo tenía más elementos que él para argumentar mis afirmaciones. Entre la acalorada plática y el frío pensé en despedirme, mis manos congelados tomaron el teléfono que estaba en el descanso, seguro lo vio, porque en eso llegó la propuesta. Vamos a un bar a tomar algo-.
    
    No lo dude y dije sí, quería salir, caminar con tranquilidad por las oscuras calles, le dije que me diera cinco ...
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