1. Hidden Club


    Fecha: 02/01/2021, Categorías: Intercambios Autor: VeroYDany, Fuente: SexoSinTabues

    ... es lo que me hace sospechar. Hizo una pausa. —Es la primera vez en el tiempo que llevamos casados que me oculta algo, y temo… —se enjugó una lágrima con un pañuelito, sin terminar la frase—. Te llamé porque tenía la esperanza de que, no sé, o Marcos te hubiera hablado de… esto, o tú supieras de qué se trata. —Pues no, Marcos no me ha dicho nada, y no tengo ni idea de qué representa. Creo que debes descartar que se trata de juego o drogas, por lo que me dices de las cuentas bancarias y demás… —Lo pensé unos segundos—. Conozco a un tipo que se gana la vida como detective privado, y me debe un favor… —No, no quiero que le hagas seguir —me interrumpió—. Puede advertirlo, y… —No estaba pensando en eso, sino en preguntar a mi amigo como si la hubiera encontrado en la calle. A lo mejor… Así quedamos. —¡Qué cosa más curiosa! —exclamó Jorge haciendo girar el plástico entre los dedos—. No tengo ni la más repajolera idea acerca de su significado. Una ficha de casino, no creo, porque resulta muy raro que su valor sea de 143 euros. Y, que yo sepa, ningún casino legal tiene este logo. Mmmmm. —¿Me olvido de ello entonces? —le pregunté. —Me has picado la curiosidad. Voy a hacer una cosa: tengo un amigo en la policía, que estuvo metido el año pasado en el desmantelamiento de timbas ilegales, e igual puede darme alguna información. ¿Puedo quedármela? —Por supuesto, y te agradezco que te prestes a hacer averiguaciones —repliqué—. Te debo una. —Yo sí que te debo a ti… Los amigos están para las ...
    ... ocasiones —afirmó, palmeándome el brazo. —Aún nada, Marta —informé a la mujer de Marcos—. Pero mi contacto va a hacer un par de gestiones, y me dirá algo. No te preocupes, que en cuanto tenga la más mínima información, te llamo. —No sabes cuánto te lo agradezco —dijo ella antes de interrumpir la comunicación telefónica. Había quedado con Jorge a las siete de la tarde, en el bar que frecuentábamos en nuestros tiempos de Universidad. Faltaban dos minutos para la hora cuando entré, pero mi amigo ya estaba esperándome. Nos saludamos, semiabrazo varonil con palmaditas en la espalda incluido. —¿Qué estás bebiendo? —pregunté. —Malta, sabes que me pirra —sonrió. —Otro para mí —ordené al barman, que estaba esperando ante nosotros. Nos sentamos en una mesa con nuestros vasos. —Imagino que si me has llamado es porque has averiguado algo —afirmé, entrando en materia, después de unos minutos hablando de lugares comunes. —Pues sí. Pero no es nada del otro mundo. Te explico: se trata de un club muy exclusivo, donde al parecer se reúnen los socios a tomar una copa y charlar. Fue objeto de una investigación el año pasado, porque tenían un soplo sobre blanqueo de dinero, pero los maderos no encontraron nada, y lo dejaron correr. El plástico —me pasó la ficha— es una especie de contraseña. Quién tenga una, puede entrar. Si no dispones de ella, tienes que solicitar el ingreso, y necesitas el aval de otros dos socios. Tengo anotada por algún lado… —rebuscó en los bolsillos, hasta dar con un papel ...
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