1. A mis 11 años con Andrea.


    Fecha: 02/01/2021, Categorías: Lesbianas Autor: natiorosco, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuenta me comento en voz suave y sin levantar su mano: Tranquila, y después pregunto: Decime ¿Por qué me mirabas tanto? No sé, respondí. No sabes? Porque me mirabas, comento con sus labios cerca de mi oído. No, no lo sé, respondí con mi respiración más rápida. Mmm yo creo que si, dijo mientras su mano acariciaba mi estómago. No respondí, a la vez que inconscientemente levantaba un poco mis caderas. Andrea comenzó a besar mis mejillas, al tiempo que sus dedos subían y bajaban desde mi vientre hasta mis pechitos, agitándome aún más mi respiración. Andrea acerco sus labios a mis pechos y sacando su lengua comenzó a lamer o mejor dicho a rozar circularmente mis rosadas aureolas. Mmmm, ayy, gemí apretando su muslo con mi mano derecha. De repente no se en que momento la mano de Andrea se metió debajo de mi pijama para llegar hasta mi lampiño conejo, donde dejando escapar un suave e imperceptible Ahh, ahhh, le abrí mis piernitas. La mujer saco su mano de mi sexo y bajando hasta mi entrepierna me quito el pantalón del pijama, desnudándome de la cintura para abajo, para besar y luego lamer los contornos de mi tierna palomita; y llegar finalmente a mi clítoris, que al ser rozado por la punta de su lengua hacia retorcer mi pequeño cuerpo. Yo que estaba más que caliente sentí como uno de sus dedos acariciaba mis labios vaginales, en silencio estire mi mano y poniéndola sobre la suya me introduje su dedo en mi conejo. Sandri NO ERES VIRGEN? Comento sorprendida. No, Andrea, le respondí. ...
    ... El hecho de no ser virgen le calentó aún más, y acercando sus labios comenzó a devorarse, literalmente, mi palomita, haciéndome temblar y retorcerme de placer al sentir como su lengua recorría lugares que nadie había profanado. Si bien mi tío me hacía mucho sexo oral, esto no era igual, no era lo mismo hacerlo con Andrea, yo temblaba, suspiraba y gemía en voz bajo con cada uno de sus lengüetazos, mis piernas que estaban abiertas para dejar mejor paso a su húmedo apéndice, suavemente se apoyaron sobre sus hombros. Después de aproximadamente diez minutos de deleitarse con mi conejo, la mujer se acostó en la cama y abriendo sus piernas comento: Ven pásame tu lengüita; acerque mis labios a su maduro conejo, y posando mi lengua en su raja, comencé a lamerla imitándola. Afuera seguía lloviendo, ocasionalmente la luz de los relámpagos entraba por la ventana de la habitación, iluminando brevemente su vulva, esa vulva de textura suave, de la que brotaba un hilo de líquido blanco como leche, que mi lengua tímidamente probo, su sabor era delicioso, dulce, más que ambrosía, que mi torpe e inexperta lengua llevaba mi boca. Andrea acaricio mi cabeza y en tono suave exclamo: Amor, acuéstate sobre mí. Me levante, y apoyando mi cuerpecito sobre el suyo, como mi tío me había enseñado, hicimos un 69, para luego meternos profundamente los dedos en nuestras vaginas, hasta que comencé a temblar, estremecerme al tiempo que mi vaginita se contraía sobre su dedo. Andrea al darse cuenta que estaba por ...