1. Estadio de fútbol


    Fecha: 30/12/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... nadie nos vea.
    
    Donde hacerlo? Dejamos con dificultad las gradas atestadas, pasamos por los palcos vip, de casualidad encontramos uno vació y abierto, nos miramos, no lo dudamos, nos colamos y cerramos la puerta, los vidrios polarizados y espejados nos dejan ver todo el campo de juego y la muchedumbre embravecida, pero ellos no pueden vernos, esto me excita, me enloquece, encendemos el aire acondicionado y robamos una cerveza del frigo bar, hay suficientes para embriagarse, agarra un vaso de vidrio y vierte el contenido, tomo un sorbo y se la dejo a él, yo debo ocuparme de otro tema, no puedo más…
    
    Me pongo de rodillas, saco su verga y la pongo en mi boca, a mis labios le encanta, su sabor a hombre, el sabor de una verga hermosa, sus bellos ojos me queman mientras bebe saboreando trago a trago, destapa mis tetas y mete su pija en medio de ellas, le gusta mucho, le gusta ver como se mueve en medio de ellas y eso me vuelve loca, en ese momento soy solo suya, soy su puta y me gusta cómo se siente, me gusta la adrenalina de que alguien vea lo que estamos haciendo.
    
    Estoy mojada y me toma de espaldas, besa mi cuello y desabrocha mi pantalón, recién entonces Roger se da cuenta que no tengo ropa íntima y lo baja hasta mis rodillas, toma mi cintura y me pega a su cuerpo, ahhhhh!!! Me siento invadida, esa sensación de tenerlo dentro, eso me excita y gimo, le gusta porque sabe que lo provoca, toca mis tetas como yo lo haría, le gusta sentirlas, saber que tiene poder de ...
    ... mí.
    
    Estamos muy excitados y me saca un orgasmo impresionante, mientras él se corre dentro, siento su leche caliente y me dice que no me limpie, que lo deje así, toda impregnada en su semen, subo mi pantalón y este absorbe todo, me siento tan puta…
    
    Nos besamos, él me dice que me ama, no puedo que devolverle más que una sonrisa de agradecimiento, pero no puedo decirle lo mismo, sería mentirle a él, sería mentirme a mí.
    
    Él se viste a un lado, yo me acomodo los cabellos, me arreglo el rostro, termino de subir mi jean y ajusto el botón, mientras busco con la vista la remera, no sé dónde quedó tirada en el momento de tanta calentura…
    
    Se escucha un estruendoso bullicio en el campo de juego que atrae nuestra atención, uno de los equipos ha convertido un tanto, esto no nos permite escuchar que golpean las puertas del palco en el que estamos escondidos, la multitud se aplaca y ahora si los puñetazos en la madera se hacen audibles, Roger y yo nos miramos exaltados, nos damos prisa, pero donde diablos estará mi maldita remera…
    
    La puerta cede, uno a uno ingresan unos tipos que dicen ser de la seguridad del estadio, pero en verdad adivinamos que seguramente son de la barra, esos tipos vagos que se enquistan en los clubes y terminan siendo un poco dueños, cómplices de los dirigentes de turno.
    
    Roger trata de cubrirme, pero la verdad no me siento mal, cuento con la vista, uno, dos, tres, llegan a once, once! Once tipos desalineados, casi un equipo de futbol!
    
    Cierran la puerta, ...
«1234...»