¡Sorpresa! - Relatos Eróticos

¡Sorpresa!

... vibradores de buen tamaño, y sin decir nada me metió una en la vagina y una en mi culo de un solo golpe que me causó un profundo dolor.

Cuando apenas estuve a punto de decirle algo, ella me metió una bola roja en mi boca y la ató detrás de mi nuca para que nadie me pudiera escuchar, después de verme de frente, me dijo que estaba preciosa, que era toda una puta, por ultimo me dijo que pusiera mucha atención a lo que iba a decirme.

Me dijo que el líquido que me dio a beber era un potenciador sexual muy fuerte que haría efecto a las 12:00 de la noche, y durara por lo menos 7 horas, después de que el potenciador reaccione, en unos 2 minutos los vibradores también harán funcionamiento cada 2 horas.

Por último, me dijo que ella no es una ladrona solo tomo mis cosas y que las puso en otro cuarto para pensar que en verdad lo estaba robando, después me dijo que a esa misma hora a las doce de la noche la cámara de video (que es una webcam) haría funcionamiento todo el día, para que grabe todo lo que esté haciendo y que en verdad ...

... ella había sido contratada por dos de mis mejores amigas para que me hicieran esta humillante travesura.

Ella me dijo que ya se tenía que ir porque en diez minutos mi regalo de cumpleaños haría su funcionamiento y me dijo que disfrutara todo el día de mi cumpleaños, y cuando se cumplan las 12:00 de la noche del siguiente día recibiría una llamada telefónica en donde mis amigas me dirían cuando y a qué hora me desatarían.

Bueno solo queda 1 minuto, y la mujer tuvo que irse, pero me dijo que si podía venia antes de las 10:00 de la noche, y si no venía que tratara de desatarme, aunque la verdad me dijo que era imposible.

Yo tratando de gritar, pero solamente salieron toda una serie de mmmmphs y toda la saliva se iba por todo mi cuerpo. Cuando llegó las 12:00 de la noche, se prendió la cámara de video y sonó el teléfono con el contestador telefónico con las voces de mis amigas diciéndome: “FELIZ CUMPLEAÑOS MARIA”. Al apagarse el contestador telefónico lo único que se oía, en ese oscuro departamento, eran mis gemidos de placer.