Ya soy el puto del equipo (XVI)
Fecha: 26/12/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
La Eiffel 69.
Jamás había encontrado la comida tan rica, además hoy sin esperas, porque estaba todo a punto. Pero me picaba mi pene y no paraba de rascarme disimuladamente. Abelardo, que me ama como nadie y se había sentado a mi lado, notó que me rascaba y abrió mi micro slip y miró, me lo hizo quitar y mojó una servilleta con agua para suavizar mi pene. Se agachó bajo la mesa y me lo limpió bien. Cuando me puso de nuevo el slip salió de debajo de la mesa y se sentó. Yo me sentía aliviado:
— ¿Qué me ha pasado?
— Debía ser o pulga marina o microscópicas medusas. Ya no tienes nada, no te toques y lávate las manos.
Tomó la botella, me echó agua a las manos y ya no tuve pudor de ninguna clase. Lo agarré del cuello y me lo llevé a mi boca dándole un beso tan sonoro, húmedo y con lengua que hasta de las mesas de al lado se quedaron mirándonos. Pero nadie protestó.
— ¡Qué jodido maricón eres, Doro!
Y me tomé la mitad de mi pinta de cerveza de un gran sorbo.
Cuando acabamos de comer nos fuimos de allí a casa, era imposible ir al mar. Si ese día estaba el agua tan caliente, si soplaba poniente y había medusas microscópicas era mejor ir a casa. Aunque a ellos no les afectó entendieron que fue porque yo estuve más tiempo en el agua que ellos. Por consiguiente a casa a conversar, a ver la televisión, a tomar algunas copas y a follar o lo que se tercie. Además que nos teníamos ganas.
Pero yo presentía que ese día lo habían organizado entre Mariano y Abelardo, que ...
... son los jodidos organizadores de todo. Yo me había ido a ponerme vinagre porque todavía me escocía bastante, aunque era soportable. En la cocina había vinagre y puse en un vaso para ir al baño y empaparme mis genitales con vinagre. Tomé un algodón que empapé en vinagre y dejé caer mis bolas dentro del vaso, era donde más me escocía: en todo el escroto. El algodón empapado me lo puse al final del pubis justo a la base del pene. Sentí alivio. Cuando me cansé y noté que no me escocía probé de ducharme sin meter gel ni pasar las manos. Enjuagué bien mis genitales y dejé que se secarán para acudir a la sala donde estaban reunidos muy animados. Fui desnudo y dejé mi micro slip de baño verde sobre la tapa del sanitario. Ya casi todos estaban desnudos. Y pillé a Abelardo dando órdenes.
Habían puesto una mesa baja alargada que había en el estudio y encima unas colchonetas de cuando yo era pequeño, de mi camita, que mi taita había llevado a la casa para que yo me tumbara en el suelo, ya que siempre me ha gustado. Escuchaba decir de la plataforma y otra vez la plataforma y tuve qué interrumpir:
— No me entero de nada, ni sé qué es la plataforma ni que hacen esas colchonetas que yo meaba cuando era pequeño.
Todos se rieron. Abelardo se puso serio y me dijo:
— Ya te explico yo luego, si no no haberte ido…
— Pero si me estaban picando los huevos, ¡joder!, —protesté.
— Disculpa, coño, quería lamerlos allá en el restaurante y ya no te hubieran picado, pero me daba no sé qué ...