1. Un juego no tan inocente y peligroso


    Fecha: 22/12/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Fue hace ya varios años, tenía 18 años de edad y físicamente era un bombón, no por nada, pero me caía de buena pues tenía muy buen cuerpo por ese entonces, no era muy alta pero mis senos y mis caderas se habían ensanchado bastante, mis nalgas eran voluptuosas pues yo hacía ejercicio por mi cuenta y nunca acudí a un gimnasio, por lo que pretendientes no me faltaban y de hecho en varios trabajos en los que laboré tuve problemas con tipos que se quisieron pasar de listos conmigo; al término de la prepa yo ya no pude seguir estudiando y me metí a trabajar para ayudar a mis papás con los gastos de la casa, por el tiempo en que sucedió lo que quiero contar yo andaba de novia con Alberto, un buen muchacho, trabajador y muy guapo, su único pequeño gran defecto es que le gustaba un poco la bebida y solía gastarse lo que ganaba en la peda y seguido andaba sin dinero, aunque yo lo quería muchísimo, esa circunstancia me hizo verlo como alguien sin ambiciones y ayudó a que yo no perdiera la cabeza totalmente por él, claro que tuvimos relaciones sexuales varias veces ya que el sexo no era desconocido para mi (tuve sexo por 1era vez a los 15 años), pero nunca le permití fornicarme sin condón o sin que yo hubiese tomado la pastilla, era un amante dedicado y excelente, claro que no era el dios del sexo pero era bastante cumplidor e imaginativo. Pues bien, todo empezó una tarde en la que me encontraba muy quitada de la pena lavando los trastes, debo mencionar antes que mi familia y yo ...
    ... vivíamos en una colonia de clase media, nuestra casita era decente pero humilde y en la parte de atrás estaba el patio y colindaba con otras tantas casas, eso nunca había sido un problema, pues nos habían tocado en suerte como vecinos personas generalmente honestas y tranquilas, ya saben familias, matrimonios jóvenes, o simplemente con el paso de los años, las casas se desocupaban y las volvían a ocupar y así sucesivamente, y como decía me encontraba yo muy tranquila lavando trastes en el fregadero cuando sentí que alguien en la pared de al lado me estaba observando, no me asusté ni me alarmé porque yo sabía que en esa casa solo vivía Nati y sus dos hijas, Ximenita y la bebé Camila, que en ese entonces tenía 1 añito de edad, el marido de Nati, don Sebastián, era camionero y se ausentaba por largos periodos de tiempo, le hablaban muy bien a mi mamá y don sebas seguido nos encargaba a su esposa e hijas cuando tenía que hacer viajes largos, así que no le di importancia al hecho de que me estuviera observado por un boquete de mediano tamaño que tenia la pared, y aunque me incomodó un poco, opté por no hacer ningún aspaviento ya que lo tomé como una travesurilla de niña pequeña (en ese momento creo recordar que tenía 9 años de edad o algo así), y solo para asegurarme de que realmente era ella, volteé hacia el boquete y la saludé: “hola xime…” sin contestarme la niña se apartó bruscamente del agujero y escapó a toda prisa al interior de su casa… solo escuché el portazo y sonreí divertida, ...
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