1. Para todas ellas


    Fecha: 30/11/2020, Categorías: Masturbación Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    Siete eran ellas. Siete hermosísimas y muy exuberantes mozas repletas de la más exultante vivacidad y una latente manera suspicaz de ver las cosas por el lado lujurioso y eróticamente “perverso".
    
    Juntas habían decidido salir a caminar y dar un paseo por un alejado y frondoso parque de la ciudad, y hasta allá fueron.
    
    Ya en él, caminaban y reían contando anécdotas o recordando risibles cosas, y aquel coro de voces y femeninas carcajadas llega hasta los oídos de aquel solitario y ardiente joven, cuyo acostumbrado rito en él, era ir siempre hasta aquel parque para saciar ciertas costumbres desnudistas que eran para él, como un necesario alimento que le saciaba su erotismo, por cierto, muy fértil.
    
    Era, verdaderamente, un muy hermosísimo muchacho repleto de una timidez exacerbadamente extrema, y con un volcánico ardor erótico interior que movía en su integridad, las más tremendas de las calenturas de semental macho como bestial, casi.
    
    Era su costumbre desnudarse en la interior soledad boscosa de aquel parque, para caminar por seguros caminos interiores con su hermosa desnudez viril, y dejando ocultas sus ropas en un sitio, donde luego de aquellos paseos así desnudo él terminaba, iba y las recogía para marcharse satisfechas aquéllas, sus desnudistas costumbres.
    
    Lejos de donde había dejado él sus ropas, esa tarde andaba, cuando oye aquella estridente y femenina sonoridad de voces, risas y carcajadas, y en él instantáneamente se enciende una mecha de ...
    ... sobreexcitación que le empina su ya de por sí despampanante verga inmensa, quedándole como un gruesísimo y empinado garrote en duro y rígido posicionamiento casi paralelo a su hermoso cuerpo.
    
    Temblábale en lujuriosa vibración el falo aquél, y todo él era ardor del más puro. Las voces de las mujeres, se oían acercándose.
    
    Intenta él, correr hacia un camino que lo pusiera a resguardo de la visión de ellas sobre él, pero en su desesperación y nerviosidad comete un gravísimo error quedando totalmente expuesto a la visión de las muchachas que de inmediato lo descubren y comienzan todas, su gritería de exclamaciones y voces diciendo cosas como:
    
    —¡Ah, miren chicas! ¡Un degenerado andando desnudo!
    
    Gritos que se entremezclan con las exclamaciones y las risas que afloran, y la seguridad de saberse numerosas ante la soledad del desnudo personaje allí descubierto, las hacía más firmes y dispuestas a enfrentar aquella situación, con más segura confianza y hasta cierta "dichosa suerte".
    
    Quiere él de ellas esconderse, pero ellas, decididas y audaces corren hacia él alcanzándolo de inmediato, para rodearlo en aquella general manera de reír y reír, contemplándolo así, como él se encontraba, temeroso y avergonzado, exhibiendo la timidez que ellas con asombrosa rapidez saben, con femenina intuición captan en fracción de segundo, al tiempo que también captan, ese carácter ardiente en él, más la visión comprobante de su extrema hermosura masculina.
    
    Las carcajadas de todas, estallan pues, ...
«1234...»