1. Mi vecina rumana


    Fecha: 26/11/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Me llamo Esteban, divorciado, vivo con mi hija, tengo 58 años y me. considero un tipo simpático. El domingo pasado salí a tirar la basura, estamos en invierno, pero no es un invierno frío, así que salí en camiseta sin mangas, pantalón corto y chanclas. Me cruzo con un matrimonio, que nos dimos los buenos días, ella es una señora rumana y el es español. Se nota de lejos que la que manda en la casa es ella, por como lo trata al marido. Ella iba a tirar la basura también y él ni idea, ya que se subió en su coche y se fue. «Parece que usted nunca tiene frío», me dice, «mi marido parece mujer, vive con frío», me siguió diciendo, «y por lo que veo, usted tampoco sufre mucho del frío», le dije parado en mi portal, «no, yo tengo la sangre caliente», me dijo y siguió caminando. Yo la quedé mirando, es una mujer de unos 45 a 50 años como mucho. Yo la estaba mirando y ella se dio vuelta y me quedó mirando, «que me miras tanto?», me dijo, yo camine hacia ella, «nada, pensaba en la suerte de tú marido al tener una mujer como vos», le dije parado a su lado, «y que tengo de especial?», me dijo sin apartar sus ojos grises de los míos, «tienes bonitos ojos, color verde», me dijo, «tus ojos son muy bonitos también, bueno, a decir verdad, vos sos toda bonita», le dije. «Gracias, eres un caballero», me dijo y me invitó a tomar un café, «sí, encantado, pero si llega tú marido no habrá problemas?», le dije caminando a su lado rumbo a su casa. «No,. fue a casa de su madre y yo no los soporto», ...
    ... me dijo haciéndome pasar a su casa. «Que calor que hace acá», le dije, ya que estaba la calefacción prendida, «sí, mi marido sufre mucho del frío», me dijo y se puso a preparar café. Hablando me dijo que se llamaba Anika, me preguntó mi nombre y de donde era, le dije que me llamaba Esteban y que era argentino. Me preguntó si era casado, le dije que no, que soy divorciado y que vivo con mi hija. Me ofreció un vodka para acompañar el café, y sirvió dos copas generosas, «no sabes el calor que tengo, tengo los pies sudados», me dijo, y tenía puesto unas pantuflas gruesas y unas medias gruesas también. Se descalzo las pantuflas y se sacó las medias, «mira como estoy», me dijo pasando uno de sus pies por mi pierna y estaba sudado, «Anika, no me hagas eso que me haces dar mas calor», le dije tomando un trago de vodka, «a mi marido no le gusta que le pase mis pies por sus piernas», me dijo volviendo a pasar su pié por mi pierna, «a mí me lo podes pasar por. donde quieras», le dije agarrando su copa con vodka y se lo doy en su mano, y yo agarrando el mío le ofrezco un brindis, «por tus hermosos pies», le dije chocando mi copa contra la de ella, «por un hombre de sangre caliente como tú», me dijo chocando su copa también y volviendo a pasar su pié por mi piernas. Bebimos un sorbo y pasando mi mano por la cintura de Anika, atrayendola suavemente contra mi. Ella no puso ninguna resistencia y le bese los labios, «vas muy rápido», me dijo, pero no me decía que la suelte, «no te gustan los ...
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