1. Luisa, la profesora humillada


    Fecha: 25/11/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Karlos, Fuente: CuentoRelatos

    ... exagerara, pero notó alegrado su ego con los piropos del chico. En el restaurante pidieron marisco, vino blanco muy frío y tarta de chocolate, rematando la cena con champagne francés. La atrayente compañía masculina y la bebida consiguieron que Luisa se soltara y le dijera a Manolo que estaba muy contenta por pasar un rato tan agradable con alguien tan interesante.
    
    Cuando salieron, antes de subir al coche, Manolo la tomó de la cintura e intentó besarla en la boca. Ella se resistió, pero el chico insistió: “no seas estrecha, que sé que estas deseando besarme”, le dijo con altanería. Luisa le llamó grosero y soltándose le pidió que se estuviera quieto y la llevara al hotel. Manolo se calló y sin decir una palabra más hizo lo que ella le solicitaba.
    
    Al cabo de unos minutos, sin hablar en el coche durante el trayecto, llegaron al hotel. Luisa, al ver la cara de decepción del chico, sintió algo de pena. Pero no quiso mostrarse accesible. Bajó del coche, entró en la recepción y se dirigió a los ascensores sin despedirse de Manolo. Pero cuando se abrió un ascensor y entró, se metió el chico dentro tras ella. “Sal de aquí. ¿A dónde vas?”, le dijo Luisa. Manolo no se anduvo con tontería. La cogió de los brazos y la inmovilizó. Ella, sorprendida, quiso zafarse del ataque, pero el chico era fuerte. “No grites o te pesará, guapa”, le advirtió. Luisa tuvo miedo y permaneció callada. Cuando salieron del ascensor se dirigieron a su habitación. Manolo le buscó en el bolso la tarjeta ...
    ... para abrir la puerta. La encontró, abrió y se metió con ella dentro. Cerró a continuación y la soltó. “Déjame, no seas así. No quiero que te pases conmigo”, le rogó al muchacho. Manolo se rio y le dijo: “Eres una calienta pollas y te vas a enterar. Me ha contado mi hermano que te haces la santa con ellos, pero que se nota que te va la marcha, que les calentaste el primer día y luego cambiaste. Por eso vine. Para que disfrutes de una vez”. Luisa intentó darle una bofetada, pero él la evitó. Excitado por esta agresiva reacción, Manolo la cogió del pelo y la tiró en la cama. Se echó luego encima de ella, le dio un gran sopapo en la cara y cogiendo un brazo primero y después otro, le ató las manos en el cabezal. Así, Luisa se quedó sin posibilidad de escapar. Entonces, Manolo sacó una navaja y le cortó el vestido de arriba abajo, de un costado a otro, hasta destrozarlo y dejarla en ropa interior. Ella agitó las piernas intentando defenderse. Pero no consiguió nada. Manolo le comenzó a sobar los pechos por encima del sujetador y a apretarle con fuerza el coño por encima de las bragas. “Están húmedas, puta, chorreas de gusto”, le dijo. Ella lo miró con odio, no le gustaba que comprobara de esa manera sus intimidades. Manolo le cortó las bragas con la navaja, las arrancó y se las puso en la nariz para que oliera la mezcla de sudor y flujo que las impregnaba. Luisa, sintiendo sus propios efluvios, comenzó a bajar la guardia. Sin saber la razón, se estaba excitando con la violencia del ...
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