1. Masaje inolvidable


    Fecha: 25/11/2020, Categorías: Incesto Autor: Zyon, Fuente: CuentoRelatos

    ... consigue.
    
    Me agarró fuertemente del pelo, y me atrajo junto a su cara, me miró, y entornando los ojos, como una niña tímida me dijo… ¿me metes ya tu polla guapo?
    
    Acerqué mi glande a ese bosque empapado, con los dedos aparté un poco sus labios inferiores y metí mi polla dentro de la mejor amiga de mi novia, su coño era caliente, húmedo y estrecho, sus blancos muslos flanqueaban los míos, mis manos acariciaban secuencialmente sus tetas, sus caderas, sus muslos, su clítoris, cogí su pierna derecha y la moví por delante de mi cara, colocándola sobre su pierna izquierda, todo esto sin sacar mi verga de su cómoda morada, de esta forma, con sus dos piernas hacia el mismo lado el panorama era impresionante, sus muslos hacia un lado, su culo de otro lado y mi polla ensartada en su coño, en el centro, ella volteada de medio lado recibía mi verga más adentro de lo que había tenido polla alguna antes (no tanto por la longitud como por la posición).
    
    Yo la embestía lenta y cadenciosamente, al alcance de mi mano tenía ahora su ano, los jugos que salían de sui coño, y en la posición anterior bajaban hacia su ano, seguían allí, y los aproveché para humedecer mis dedos e introducir primero uno, luego dos, y así sucesivamente hasta cuatro en su ano, que se notaba que no era la primera vez que era dilatado, seguía entrando y saliendo de ella, haciendo rebotar sus tetazas al compás, llevé uno de mis dedos empapados de sus jugos hacia su boca, lo lamió como si se tratara de un pequeño ...
    ... pene mientras me miraba con esa cara de gata en celo.
    
    Me dijo, quiero tu leche en mi culo, dentro o fuera, donde prefieras, pero no en mi coño…
    
    Es como si hubiese adivinado el momento, yo estaba a punto de correrme dentro de ella, sabía que solía tomar la píldora por lo que no me había preocupado del tema, saque mi pene con apenas tiempo para correrme sobre sus blancas posaderas, ella esparció la leche sobre su cuerpo con sus dedos y luego los lamió.
    
    Yo no podía dejar pasar el momento, a pesar de que ya me había corrido, mi polla seguía dura y la metí en su dilatado ano, la cogí de sorpresa y emitió un pequeño gemido, pero enseguida empezó a mover su culo para facilitar la entrada de toda mi verga, mis huevo botaban contra su cacha izquierda, pues ella seguía de medio lado, sin dejar de embestirla, la agarré de la cintura y la ayudé a ponerse a cuatro patas, con mi polla dentro de su redondo culo, bombeando como un loco, por suerte para nosotros la cama no hacía ningún tipo de ruido, yo la embestía cada vez con más furia, y ella le daba a su melena de un lado para otro como en los anuncios de champú, puse mi mano sobre su clítoris, y como si le hubiese dado a un interruptor se agitó de nuevo, estaba teniendo otro orgasmo y yo no tardé tampoco mucho en tener uno también, no eyaculé (no soy una central lechera) pero mi cuerpo se estremeció como si me hubiera dado un gigantesco escalofrío.
    
    Detuvimos nuestros movimientos, agotados, extasiados, y nos dejamos caer sobre un ...