Gracias a mi hija fui infiel a mi esposo
Fecha: 25/11/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No me sorprendió ver en la puerta de casa estacionado el auto
de nuestro amigo Carlos. Él es un hombre de unos 45 años, bien formado y es el
mejor amigo y compañero de mi esposo desde la época de la escuela secundaria.
Nos conocemos desde hace años, prácticamente fue el que hizo
que me casara con Alfredo, mi marido, y nos juntamos habitualmente durante
muchos años. Ahora Carlos estaba separado y la verdad que su separación nos
dolió mucho, porque queríamos a ambos.
Entré en la casa esperando ver a Carlos sentado en la mesa de
living tomado algo y mirando televisión ya que es lo que habitualmente hace
cuando llega antes que mi marido. El asunto es que no lo vi y escuche ruidos que
venían del estar de la casa, me acerqué con curiosidad y lo que vi me dejo
helada.
Mi hija de 17 años estaba agachada en el sofá amarrándole la
verga a Carlos con las dos manos y empalmándosela. Hablaban en voz baja y se
reían y ni cuenta se dieron de que yo había entrado y menos que los estaba
viendo.
Entonces Clara, mi hija, empezó a chuparle la polla a Carlos,
era inmensa, yo nunca había visto nada así ni siquiera en videos porno, grande,
ancha, realmente un tubo de carne impresionante de cerca de 30 centímetros y lo
más asombroso era ver a mi hija llevarse ese pedazo de pija a la boca, que
realmente apenas si le cabía la cabeza.
Yo por supuesto ya sabía que mi hija no era virgen. Ya me lo
había confesado hace algún tiempo atrás, ...
... ya que ella hacia unos meses que estaba
de novia y realmente me parecía que amaba a su novio.
Carlos, mientras tanto le estaba metiendo los dedos en la
chocha a Clara y ella se movía tratando de encontrar un ritmo entre los
movimientos de la mano de Carlos y los movimientos de su boca. De repente ella
se levanta del sofá, se acerco a Carlos y empezó a meterse tremendo pedazo en la
concha. Era increíble ese espectáculo, por un lado no podía creer lo que miraba
pero por otro no dejaba de admirar ese pedazo de carne impresionante.
Cuando se la estaba metiendo hasta la mitad reaccione y
saliendo rápidamente del estar de la casa llegue a la puerta de calle haciendo
que la abría con fuerza y la cerraba de golpe, di unos pasos y grite:
- Carlos, donde estas?
Carla, ya llegue.
Dicho lo cual me encaminé despacio de nuevo hacia el estar.
Cuando entre estaban los dos sentados charlando animadamente entre ellos. Nada
hacía entrever en sus comportamientos lo que yo acababa de ver a tal punto que
pensé si no lo habría soñado, pero el recuerdo de su verga inmensa me dijo que
no que no lo había soñado.
Saludé a Carlos y mi hija aprovecho para subir a su cuarto.
Yo charle un rato con Carlos y me dirigí a la cocina a preparar la cena para mi
y mi hija. Al rato sale mi hija y me anuncia que va a salir con su novio y que
cenarían por allí.
Oye, que he preparado ya la cena para las dos.
Dile a Carlos que se queda así de paso ...