1. Mamá y mi hermana son mis zorritas


    Fecha: 24/11/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de su garganta, soportando con mucha fuerza de voluntad esas terribles arcadas que mi enorme falo le provocaban. Notaba como mi hermana expulsaba, absorbía, mordisqueaba mi polla y me sumía en un éxtasis, que ninguna mujer me había proporcionado hasta entonces.
    
    Sin duda Alba no era la mía la primera picha que se había tragado en su boquita, preciosa y sensual y estuve a punto de eyacular una catarata de semen cuando paró en sus lamidas y dejó que mi verga reposara por unos instantes en el cálido lecho de su lengua traviesa y juguetona. Tras la breve pausa siguió con la fellatio y yo me sentí el hombre más dichoso del mundo, olvidándome de mis intenciones de irme de esa casa en la que ahora sí, era el hombre, el macho, de esas dos preciosas hembras.
    
    Pero mientras yo acariciaba y jugaba con los pechos de mamá, Alba, comenzó a sopesar y jugar con mis testículos llenos de semen, mientras seguía mamándome la polla como si fuera un delicioso helado, o una chupineta de caramelo, con una maestría digna de una felatriz veterana. Yo estaba en el cielo jugando con esas dos bellísimas hembras, que me sometían a una caricias de fuego y seda, incestuosas, sí, pero increíblemente agradables.
    
    De improviso mamá apartó mis manos de sus tetas, se dio la vuelta y tras apartar mi plato, vaso y cubiertos se acostó totalmente sobre la mesa, posando en el mantel su espalda y ofreciéndome provocativa, sus dos melones de pezones grandes y erectos como dos fresones y su chochito materno, ...
    ... sensual y apetitoso, por donde había salido yo al mundo, dieciocho años atrás, totalmente depilado.
    
    Me encantó ver el chumino de mamá, y esa rajita húmeda y abierta, que mostraba su interior rosado. No me lo pensé dos veces y cogiendo mi polla con la mano la aproximé a la grita femenina de mamá y poco a poco se la fui introduciendo en el cadito del amor, mientras ella gemía de gusto, abría más y más las piernas y después cuando la tuve totalmente ensartada hasta el útero, con cuya pared chocó mi falo, me colocó los pies en el cuello para que no me escapara de su lazo sexual.
    
    Mientras tanto mi hermana me colocaba sus tetas a mi espalda y me metía un dedo en el culo para que mi erección no decreciera. Yo disfrutaba al máximo bombeando con gran deseo y con una furia indescriptible a mi madre, convertida, sin yo esperármelo en mi putita domèstica, en mi amante.
    
    —¡Préñame, hijo!...¡Folla a la puta de tu mamá!—gritaba mamá mientras la embestía sin descanso.
    
    Y entonces ya no pude resistir más tanto placer que mi madre y hermana me proporcionaban, y sin tiempo a avisarlas sentí como si un calambre recorriera mi espina dorsal, un temblor indescriptible y comencé a correrme dentro del coño de mi madre, llenándola de esperma, mientras ella gritaba mi nombre, jadeaba, daba gritos de satisfacción y se corría a su vez, en una serie interminable de orgasmos.
    
    Nos separamos y fue mi hermana la que se puso de espaldas a mí, apoyó sus tetas en la mesa y sacó su culo en pompa para que ...