1. Mi primera vez


    Fecha: 22/11/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... con mi saliva, con un chirriador chasquido salival.
    
    Tito se retorcía, tal como lo había hecho Ern anteriormente, atendiendo sus indicaciones chupaba y chupaba la tranca que tenia en la boca, como si de un dulce bombón se tratara. Mis labios, mi lengua y mi paladar, degustaban diligentemente aquel órgano. Atrás Ern, introducía los tres dedos en mi ano, dolía y gustaba a la vez, en forma indescriptible. De no ser por la blusa, ellos habrían notado lo grandes y duros que estaban mis senos y lo erizados de los pezones.
    
    Justo en el momento en que se detenía el coche, Tito me agarró del cabello y presionó fuerte mi cabeza, hundiendo otra vez su verga hasta el fondo de mi garganta. Sentí como su semen caliente inundaba mi esófago. Me tomó de las orejas y movió mi cabeza arriba y abajo, rápido, firme, haciendo que mis labios, lengua, paladar y garganta se restregaran contra su pene, retorciéndose como poseído, mientras soltaba innumerables chorros de semen que se escurrían por mi boca.
    
    Una sensación extraña me llenó toda. La húmeda verga de Tito corriéndose en mi boca, el recuerdo de la mamada que le di a Ern y los dedos clavados en mi culo, me causaron un estremecimiento que empezando en mi vientre, se extendió por todo mi cuerpo.
    
    Los tres bajaron del auto parqueado frente a un hermoso chalet. Ante su descuido momentáneo, corrí tan veloz como me permitían mis piernas y mi falda enrollada en la cintura. Aquel inaudito suceso iba a llegar mucho más lejos y no podía ...
    ... permitir que siguiera adelante, mi educación moral no podía condescender con ello.
    
    Un violento tirón en mi cabello, atrapado por la mano de Memo, detuvo mis pensamientos y mi carrera, arrastrándome nuevamente hacia el automóvil, en medio de gritos, imprecaciones y protestas mías, que se perdían en la penumbra y el silencio de la noche…
    
    …Aquello se ponía mucho mejor, lo estábamos disfrutando al máximo y aquella chiquilla se comportaba exactamente como me gustaba, aquella carrera con la falda a la cintura, las piernas contorneadas con sus medias y ligueros, esas nalgas tersas y respingadas, renovaron mi erección; además que suave y hermoso cabello rubio, suelto al viento.
    
    Memo la tiro de bruces sobre el capó del vehículo y junto con Tito, la sujetaron fuertemente, a lado y lado, cada uno un brazo y una pierna, bien abiertas. La posición exhibía indiscretamente su culito dilatado por la acción de mis dedos y los labios de su vulva, abiertos y mojados, invitaban al desliz…
    
    Levanté la cabeza y los vi quitándose la ropa, atléticos, con sus genitales al aire sin ningún pudor, los glandes erectos y relucientes, escurriendo gotas de semen. Tito colocó el arma nuevamente en mi sien y Memo subió al capó, enfrente mío, con su garrote delante de mi boca. Sin que mediara más indicación empecé a mamársela, me la tragué toda y aún trate de ingresar también sus peludos cojones, subí y bajé, lamí y chupé, sorbí y saboreé, haciéndolo retorcerse en pocos minutos. Atrás Ern sobaba y sobaba ...
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