1. La Hermana del Cura


    Fecha: 20/11/2020, Categorías: Anal Primera Vez Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    Lola, la hermana del cura, hacía un mes que llegara al pueblo, tenía 44 años y era una puritana, de las de rosario, de misa diaria y de esas que creían que había que seguir las leyes de Dios para no morir en pecado.Era morena, delgada, de estatura mediana, ojos marrones, su cabello era negro y largo. Tenía buenas tetas y un buen trasero. Era una mujer que no dejaba indiferente a nadie.Una tarde iba Lola por el camino cuando le pasó entre las piernas un pequeño perro que corría persiguiendo a un gato. La mujer tropezó con él y dio con sus huesos en el suelo. Fui a su lado, tenía la falda levantada y vi que estaba sangrando por una rodilla. La ayudé a levantarse. Saqué mi pañuelo del bolsillo, se lo dí, y le dije:-¿Por qué no vas a la fuente y te lavas con agua la rodilla?Limpiando la falda de tierra, me respondió:-No, al llegar a casa lavaré la herida con agua oxigenada y le pondré tintura de yodo-La tintura de yodo es muy escandadosa.-Le pondré una tirita encima. ¿Siempre tratas de tú a las mujeres mayores?-A las mujeres mayores las trato de usted, a las jóvenes y de mediana edad, si son guapas y tienen un buen meneo las trato de tú.-¡Serás crápula!-Cada uno es como es. Lo que tengo de bueno es que digo las cosas como las siento.-Aún va a resultar que te gusto.-Más que el chocolate. Soy un tipo al que le gustan las mujeres con clase. Bueno, en realidad me gustan todas, pero las que son como tú, más.Lola, me miró de arriba abajo.Yo llevaba puesta una camisa blanca con los ...
    ... cuatro botones de arriba sin abrochar y enseñaba los pelos del pecho. En mi pantalón vaquero se marcaba un buen paquete, y la verdad, con mi larga melena castaña, mis grandes ojos marrones, y mi cuerpo bien musculado, a Lola, a la que quitaba una cabeza de altura, no le debió desagradar lo que estaba viendo, aunque me dijera:-Lo que eres es un sinvergüenza.-No vale la pena tenerla.Lola, limpiando la herida con el pañuelo, me preguntó:-¿Por qué lo dices?-¿A cuánto se paga el kilo de vergüenza?-La vergüenza... ¡Serás...!-Sí, crápula. Ten un buen día.Dos días después estaba yo sentado a la vera del río pescando con una caña artesanal, de esas que se hacían con una caña india que se cogía en el cañaveral y a la que se anudaba un trozo de tanza con un anzuelo.A la sombra de los árboles hacía fresco. Con una bolsa hecha de saco a mi lado para meter las capturas sentía piar a verderones, jilgueros y otras avecillas que se camuflaban entre las hojas de los chopos huyendo del calor. Sentía el croar de las ranas en la orilla, y la eterna canción que cantaba el río al descender la corriente. Sentía y olía la paz, paz que iba a desaparecer cuando oí la voz de Lola. Venía de la huerta de maíz que había al lado del río, que era de su hermano el cura y que llevaba ella.-¿Pican, Quique?-Mira en la bolsa y ya verás mi gran pesca.Lola, vino a mi lado, cogió la bolsa, y me dijo:-Aquí no hay nada.-Picaste.Funfurruñó:-Picaste, picaste. ¡Qué gracioso!Me eché a reir, después le pregunté:-¿Como va la ...
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