1. La historia que me inicio


    Fecha: 19/11/2020, Categorías: Transexuales Autor: Alice28, Fuente: SexoSinTabues

    ... cubrió la primera impresión. – No soy gay, pero, ¿cómo puedo decírtelo? – Dímelo, sabes que puedes confiar en mí. – Me gusta vestirme de mujer… Así, sin rodeos de ninguna clase lo confesó. De esa frase surgió un discurso y un recuento de sus inicios en el travestismo. Sus comienzos usando la ropa de su madre y hermana, el abandono de su padre, la ausencia de una figura paterna, las dudas adolescentes, la falta de una identidad. Durante aquella confesión me sentí plenamente identificada con él, mis emociones estuvieron al máximo y no pude evitar decirle que sabía por lo que pasaba, ya que era un caso demasiado similar al mío. – Te entiendo perfectamente porque yo comparto tus tendencias. – Me miro con sorpresa e incredulidad. – A mí también me gusta ser mujer en la intimidad , desde hace algunos años. Mi nombre de chica es Alicia– – Y yo soy Yolanda – Era la cúspide de su confesión. Era la primera travestí que conocía. Anteriormente había conversado vía e-mails, incluso por teléfono, con algunas otras chicas. Pero esto era diferente, era, insólito, tan insólito como dos personas encontrándose en un enorme desierto. Simplemente no lo creí. Ya más tranquilos, después de la sesión de revelaciones me comentó: – Quiero que me conozcas como mujer… y también deseo conocerte como tal. – Ant… Yolanda, me gustaría mucho tu propuesta pero ahora no traigo nada de ropa. – Vamos a la habitación de mi madre, las dos podemos tomar algo de ahí. Esperamos a que la madre de Yolanda saliera a ...
    ... trabajar como todas las tardes. Esos breves minutos se hicieron horas, no sabia si marcharme o quedarme hasta que escuché cerrarse la puerta y encenderse el motor del auto estacionado fuera de la casa de mi nueva amiga. Pocos instantes después entramos en aquel amplio dormitorio. – Desnúdate… – Fue lo primero que expresó mientras ella hacia lo mismo. Nos quitamos todo, y ya desnudas y en nuestra condición fem nos recostamos unos momentos y dimos paso a la charla habitual de mujeres. Después abrimos el closet, investigamos en todos los cajones disponibles, hasta que decidimos probarnos dos coordinados de bra y pantaleta, el de ella, negro, satinado y el mío blanco, con encajitos, pantaleta de pierna alta, delicadísimo y ambos propios de cualquier señora. Quedamos divinas. Todas las niñas travestis estarán de acuerdo conmigo en que usar esas dos prendas intimas tan básicas de cualquier mujer es lo máximo. Buscamos lo más sexy dentro de aquel armario y encontramos entre varias otras ropas de noche, una par de negligés, los cuales supongo que eran usados solo en “ocasiones especiales” por la señora de la casa, tras una breve insistencia de mi parte, los vestimos. Uno en color negro, demasiado transparente y adornado con encaje en los bordes, ajustado al cuerpo, el s señales de excitación, estábamos erectas, disfrutándonos como nunca. Nos acariciábamos el clítoris, el pene, el pito, el miembro, la verga en pocas palabras, lo que nos daba tanto placer y teníamos escondido bajo las ...