1. Mi madre me consiente


    Fecha: 18/10/2017, Categorías: No Consentido Autor: Xavir, Fuente: CuentoRelatos

    ... asomé a la terraza y pude verla en la alberca nadando despreocupada, como si no hubiera sentido mi presencia. Sin saber porqué, me quedé inmóvil contemplándola. Era tan hermosa como siempre. Su piel blanca, perfecta; suave y tersa; enrojecida por la luz del sol. Tenía puesto un bikini rojo; sus nalgas deliciosas aprisionaban la tanga pensada de agua; sus piernas relucían firmes, tensas, como esperando un beso que las hiciera estremecer. Sus pezones estaban endurecidos al choque del aire sobre su cuerpo húmedo, sobresalían de la prenda de licra, que sostenía con dificultad sus enormes senos; su cabello mojado, enmarañado sobre la espalda, dejaba libre el contorno de su cuello blanco; era una belleza, nunca había dejado de serlo. Sin poder contenerme empecé a masturbarme debajo de los shorts, no podía dejar de verla, de imaginarla de nuevo gimiendo de placer. En un cierto momento, en el que ya no podía detenerme, mi presencia y mi mirada llamaron su atención. Me quedé frío, me detuve de inmediato sin alcanzar a sacar mi mano de los pantalones. Me dí la vuelta rápidamente tratando de regresar desapercibido al cuarto, pero me llamó:
    
    - Xavier, ¿dónde andas?
    
    - Aquí estoy- dije nervioso.- me voy a bañar, ahorita te veo.
    
    Me metí a la regadera, sin poder dejar de pensar en ella, en su piel, en su rostro… estaba pasando de nuevo… pero bueno, la cosa era desaparecer rápidamente, olvidarlo todo; conseguir a alguna chavita esa noche y sacarla de mi mente, digo, faltaban ...
    ... solamente dos días de vacaciones y podía esquivarlos con facilidad… ¡pero se veía tan hermosa, tan rica!
    
    Salí de bañarme, e intenté escabullirme sin ser notado, mi mamá estaba tendida en un camastro tomando el sol. Lamentablemente, para salir de la casa, tenía que pasar por la piscina, y ella notó mi presencia.
    
    -¿a qué horas llegaste anoche?
    
    -no sé, como a las cuatro.
    
    - ¿y qué tal estuvo?
    
    -Bien, bien- cualquier respuesta era buena para escaparme.
    
    - Si, se nota. ¿Quieres que te prepare algo?
    
    - No, no hace falta. Yo ahorita veo que me preparo.
    
    - pero no te vayas, ven acá, quiero platicar contigo.
    
    -¡Qué pasó?
    
    -¿Pues cómo qué, Xavier? En estos días casi no nos hemos visto
    
    - Pues si…
    
    -Pues si… amor, ¿no venimos a pasar tiempo como familia?
    
    - Si ma, pero es que, pues, es que me aburro.
    
    - ¡Mira! Qué bonito. ¡Gracias!
    
    -No es eso, ma. Mira, hoy vamos a comer y ya.
    
    - No, así no.
    
    -Bueno, dime que quieres.
    
    - No si no quieres, no.
    
    - Si, si quiero, dime, ¿Qué hacemos?
    
    - Bueno, hoy en la noche nos quedamos aquí a cenar.
    
    - ¡No, a cenar no!
    
    - Bueno, jugamos algo, o ya veremos… porque además no me gusta que salgas y te pongas así.
    
    -Bueno está bien- Bueno, me había comprometido, pero por fin parecía que podía escaparme de ahí, de mis fantasías, y de tantas sensaciones que me provocaban ver a esa hermosura medio desnuda. Cuando ya iba de salida, me detuvo de nuevo.
    
    -¿a dónde vas?
    
    - A comer algo, tengo hambre.
    
    - No. Ahora te ...
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