1. La lujuriosa e infiel tía política


    Fecha: 16/11/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: bacco, Fuente: CuentoRelatos

    Los días de ese puente festivo transcurrían normalmente. Eso sí, en cualquier momento oportuno había un beso, una tocadita o un roce con Cris. Mi tía algo sospechaba y siempre trataba de tenernos vigilados. Aprovechamos los momentos de las noches de feria para bailar y decirnos cosas al oído. ("muy calientes y obscenas, eso me encantaba de ella").
    
    Llegó el lunes y debíamos regresar a la capital, mi tía se ubicó con sus dos hijos en dos de las cuatro sillas que habíamos reservado y en las siguientes Cris y yo. Tenía muy buenas expectativas de este viaje, ya que eran cuatro horas de recorrido y salíamos a las 5 pm. Nana mi prima peleo con su hermano y llegó con su cobija a nuestros asientos buscando refugio. Estuvo un tiempo con nosotros y durmió un poco mientras la tía Cris y yo, aprovechamos para darnos "cariñitos". Al pasar por un reductor de velocidad de uno de los pueblos que quedaban sobre la vía, Nana despertó y decidió ir en busca de su mamá. Dejándonos su cobija, lo cual fue maravilloso para nosotros. Quedaban dos horas de recorrido y mucho deseo y temperatura entre Cris y yo!!
    
    Los besos y las caricias fueron ascendiendo de ternura a pasión. Mordía sus labios suavemente. Por debajo de la cobija y su blusa, mis manos recorrían en busca de sus protuberantes y apetitosos senos. De nuevo tenía la dicha de tenerlos en mis manos.
    
    - Mmmmm ronroneó de una manera muy sexy!!!
    
    Ella estiró el cuello como un gato desperezándose. Estoy deseando quitarte la ropa me dijo ...
    ... con una mirada brillante y ardiente. Cada poro de su piel emanaba fuego y su cuerpo pedía pasión descontrolada. Su cuerpo reclamaba mis manos!! Y yo obediente brindaba lo que estaba a mi alcance.
    
    Para mi también era una tortura!! Estar tan cerca de ella, y no despojarla de toda su ropa, colonizar su cuerpo. Deseaba estar dentro de ella. Penetrarla sentir su fuego, lo ardiente de su interior. Su lubricación dándome paso. Sus músculos apretando mi erección.
    
    Mi mano abandonó sus pechos, rozó su abdomen y buscó su entrepierna. Rozaba por sobre su ropa y era un estrella ardiente, era fuego puro. Encorvó su espalda y levantó su pelvis, mientras su mano también buscaba mi miembro. Lo tomo en la mano tan suyo, que sentía que se reventaría.
    
    -Estás excitada? Pregunté roncamente, en susurro.
    
    No hubo respuesta, sólo un jadeo que tomé como afirmación.
    
    La situación era de éxtasis. El contener las expresiones, las respuestas del cuerpo y el ver cómo los pasajeros del otro lado del pasillo nos miraban de reojo en la penumbra. No sé pero ello pensar en que mi tía nos viera, que los pasajeros se quejaran. Inclusive que el personal del bus nos bajara por estar en esas. (Si lo hicieran, que fuera frente a un motel).
    
    El hombre en la silla lateral se levantó y buscó un nuevo asiento. La mujer continuó allí y notaba como me veía de reojo. Esto hacia que sintiera más excitación. Daniel despertó y le dijo a mi tía que se encontraba muy incómodo, que mejor se pasaba a donde su tía ...
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