1. Hace unos años con mi hermana Ana


    Fecha: 12/11/2020, Categorías: Humorísticos Autor: Ifardavin, Fuente: CuentoRelatos

    ... de su reputación, la que se dejaba tocar por alguno de sus novietes por debajo del sujetador ya era considerada una golfa. ¡Qué tiempos...!
    
    La cuestión del asunto es que Ana y yo cada vez nos teníamos más confianza, nos contábamos más cosas y nos íbamos haciendo inseparables.
    
    Eso no quiere decir que diéramos de lado al resto de hermanos pero, al salir juntos en la misma pandilla, la compenetración era mayor.
    
    Poco a poco y, sin que me diera cuenta prácticamente, mi hermana me iba pareciendo mejor que cualquiera de las chicas con las que andábamos, las comparaba con ella y siempre salía ganando Ana.
    
    Un día, en una discoteca, sonaba música lenta, yo estaba un poco achispado y, además, me gusta poco bailar; de las chicas que había no me gustaba ninguna por lo que permanecía sentado a mi bola y con mi cubata, al que no daba tregua.
    
    Ana estaba muy mona, su pelo negro le llegaba casi a la cintura, suelto, enmarcando una cara preciosa donde se veían unos ojazos enormes una naricita respingona y unos labios de esos que dicen cómeme. Llevaba una minifalda, no excesivamente corta pero sí lo suficiente para enseñar unas piernas que ya quisieran para sí cualquiera de las chicas que he conocido y un jersey cortito y muy ceñido. No tenía unas tetas de escándalo pero sí muy bien puestas y redonditas, de esas caídas hacia arriba de puro tieso.
    
    Se le ocurrió la feliz idea de sacarme a bailar y yo me resistía pues no tenía ninguna gana, pero insistió tanto que finalmente ...
    ... fuimos de la mano a la pista.
    
    Sonaba la música... El alcohol corría por mis venas... Ana me dijo que me quería mucho, que era su hermano preferido. Me hizo mucha ilusión y, casi sin querer, le di un beso en los labios. Fue un beso corto aunque no excesivamente, sin lengua, pero muy apasionado. Me puse como un tomate y le pedí perdón, pero ella solo sonrió y me dijo que no por bailar juntos nos teníamos que enrollar.
    
    Ya sé que era broma y sé que ella no pensó nada raro pero yo tuve una especie de revelación: se me hizo un nudo en el estómago, otro en la garganta y, lo que es peor ¡Me había empalmado!
    
    ¡No podía ser! ¿Cómo me podía enamorar de Ana? ¡Con la cantidad de tías que hay por ahí! Sin embargo, la realidad se me iba haciendo cada vez más evidente, cuanto más lo pensaba más seguro estaba; en los sentimientos no se puede mandar.
    
    Disimulando todo lo posible seguimos bailando un rato y luego nos fuimos a casa, yo bastante serio y mi hermana, alegre como siempre, sin sospechar lo que pasaba por mi cabeza.
    
    Me fui dejando llevar... Mi relación con ella no cambió por esto, no iba a dejar que se me notara nada, hubiera sido tremendo tener que dar explicaciones. A pesar de que mi hermana está bastante buena, nadie me habría entendido y sería el cachondeo de todo el mundo, eso sin contar a mi familia ¡Catástrofe total!
    
    Ahora bien, conforme iba pasando el tiempo, más ganas tenía de decirle a Ana lo que sentía, pero seguía sin atreverme, no encontraba la manera de ...
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