1. El calvario de Luciana (5)


    Fecha: 10/11/2020, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... grabada en su cerebro por la doctora Mónica mientras ella estaba en trance hipnótico. –Debo hacer todo lo que se me ordene. –agregó entonces. –Debo ser una perrita en celo todo el tiempo, para mi placer y para el placer de todos los hombres y mujeres con quienes voy a estar. –y miró a Emilia con ojos que buscaban la aprobación de la proxeneta, como una mascota busca la aprobación de su dueño.
    
    -¡Ay, mi tesoro! ¡Qué dichosa me siento al escucharte! –dijo Emilia, exultante y tomando entre sus manos la carita de Luciana, que esbozó una especie de sonrisa al percibir que la señora ya no estaba enojada.
    
    -Cuando estés sentada no debés cruzar las piernas jamás. –la instruyó. –Tenés que estar con las rodillas juntas y la palma de las manos en los muslos, pichona. A ver, hacelo. –Y Luciana lo hizo.
    
    -Muy bien, pichona, muy bien. –aprobó Emilia y salió del cuarto para dirigirse al escritorio, donde revisó su cuenta de correo electrónico. Vio, entusiasmada, que tenía ya tres respuestas a su oferta de una nueva presa.
    
    Leyó primero el del doctor M, Juez del Fuero Federal: “Mi muy estimada, estoy dispuesto a ser yo quien desvirgue a esa perrita y para eso oferto 6.000 dólares. Saludos.”
    
    Pasó luego al mensaje de Rogelio O. fuerte industrial de la industria automotor: “Qué bella esa hembrita. Oferto 5.500 dólares y le mando mis respetos, Emilia.”
    
    El último era del comisario P, de cierta departamental bonaerense: “Se me hizo agua la boca al ver esas fotos. Mi oferta es de ...
    ... 6.000 dólares. Saludos, señora.”
    
    “La cosa ha empezado muy bien. Seguramente vamos a pasar los 10.000 dólares.” –pensó la proxeneta y su predicción resultó acertada. Al cabo del ir y venir de decenas de mails con ofertas que Emilia recibía y reenviaba a todo su mailing hubo un ganador. Era el doctor Máximo R., abogado penalista y estanciero que ofertó 11.500 dólares. Emilia lo llamó por teléfono inmediatamente después de recibido el ofrecimiento y reenviado a toda su clientela...
    
    -Estimado doctor, supongo que recibió el mail, ¿verdad?
    
    -Sí, y le aseguro que se me ha hecho agua la boca. ¿Cuándo tendré a la chica?
    
    -Cuando usted lo disponga a partir de mañana, doctor. Pero eso sí, avíseme un día antes.
    
    -Perfecto, entonces téngamela preparada para mañana mismo. La tendré toda la noche, supongo.
    
    -Así es, doctor. Tal como lo anuncié en las bases de la subasta. Será suya a partir de las 10 de la noche hasta la mañana siguiente a la hora que usted decida, mi estimado amigo.
    
    -Tengo un pequeño capricho, Emilia.
    
    -Dígame, doctor.
    
    -La quiero vestidita de entrada.
    
    -Perfecto. ¿Alguna ropa en especial?
    
    -No, Emilia, la que usted disponga.
    
    -Bien, doctor, lo espero mañana, entonces y para mí sería un placer si viene un rato antes de las 10 y tomamos algo.
    
    -Será también un placer para mí, mi estimada señora. Estaré allí a las 21,30. ¿Le parece bien?
    
    -Recuerdo muy bien sus preferencias, doctor, así que a esa hora lo estaré esperando con un excelente whisky ...
«1234...10»