1. Mi primera vez en el Seminario


    Fecha: 10/11/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Después de dos año de estar en el Seminario Conciliar de México, reingresó un seminarista del que sólo había oído hablar y vaya que escuché cosas interesantes. Le habían pedido que dejara la formación por un tiempo. Había una historia morbosa sobre él, sobre Leo, el Skato, como le decíamos por su gusto de vestir con aquel estilo de principios del siglo XXI. La historia tenía qué ver con que se follaba al Tamarindo, un compañero amanerado que había sido expulsado por ser la hembra de varios en el Seminario. El Skato era hermoso, guapo de rasgos finos y ojos pequeños, muy viril y masculino, con una voz llena de alegría y ánimo. Una sonrisa sobresaliente y divina, de hoyuelos en las mejillas; dientes blancos y perfectos. Delgado, moreno, con el abdomen marcado y de pelo quebrado y sedoso. Era lampiño, con una cintura, pecho y nalguitas indescriptiblemente bien proporcionadas. 168 cm de altura y era toda una revelación verlo en las regaderas en calzoncillos. Era destacado en deportes y complicado de gobernar para los formadores en repetidas ocaciones. Su personalidad era amena, dedicada, relajada, jacarandosa y espontánea. Transparente. Hermoso simplemente. Se veía tan sensual con la sotana puesta. La caída de la enagua con la faja bien ceñida le resaltaban la cintura y las nalgas. Poco a poco fue haciéndomele cercano pues me resultaba muy atractivo y de repente hacíamos muchas cosas juntas, además de las que nos asignaban con las mismas personas. El día que nos daban libre lo ...
    ... aprovechábamos juntos en la calle, visitando casas de amigos cuyas familias eran de la ciudad y vivían cerca o yendo a distraernos a otros lados. Gradualmente fuimos prefiriendo estar sólo él y yo sin más compañeros entre nosotros cada momento. Hasta que nos hicimos entrañables amigos y buenos hermanos. Con la confianza, los juegos y bromas tenían un contacto físico muy singular; erótico. Acabábamos calientes y al sexto mes amistad estrecha se sentía una fuerte tensión sexual cada que estábamos jugueteando con contacto físico o haciendo deporte juntos. Yo soy blanco, delgado, cabello y ojos castaños, apuesto, varonil, velludo de nalgas chiquitas y paradas, con 16cm de reata. En ese contexto, alguna noche cualquiera e inesperada, quedamos de ir a la medianoche a los lavaderos para fumar y así lo hicimos. Cuando llegué, él ya estaba ahí. Nos sentamos en una media barda de piedra que separaba con cuartos de servicio. La charla llevó de una pregunta a otra, cada vez más intensa. A menudo hablábamos de sexo, pero nunca con preguntas directas. Y de repente Leo se puso muy directo. -¿Has cogido, Lalo? -Sí, algunas veces con una exnovia- contesté. -¿Con hombres no? -. - guardé silencio. -Yo una vez cogí a uno. Me la mamó también y lo hizo bien rico. -Yo también lo he hecho. Y también me la han medito y he mamado- por fin contesté -y sí me gustó mucho todo. A Leo le brillaron los ojos y dijo -Ya se me paró la verga nomás de pensar. -A mí también- le dije -me la voy a chaquetear. -Yo ...
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