1. Me cogí a un motorizado en la procesión de nazareno, Venezuela.


    Fecha: 09/11/2020, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    Para los que viven en Venezuela ya sabrán cómo son este tipo de cosas. Todo sucedió este miércoles santo, donde la gente iba a pagar sus promesas y esas cosas raras que hace la gente católica. Pasé cerca de la iglesia porque por ahí es que pasa el autobús. Y decidí quedarme un rato a ver qué tal era la procesión. En el rato en el que estuve parados oyendo la misa, me encuentro a un amigo que tenía tiempo sin ver. Su instagram es / @alfrestrada / pregúntenle para que vean que no miento y les muestre fotos de lo sucedido. Hablamos paja un rato y luego decidimos caminar un rato a ver qué hombres buenos se podía encontrar uno. Y realmente había bastantes tipos buenos, porque la iglesia de Valencia estaba repleta de gente. Había demasiadas personas. Bueno, comienzo. Cerca de ahí había una línea de moto-taxistas que hacían carreras a cualquier lugar. A mi amigo y a mí obviamente nos gustaban todos jajaja. Pero había uno que se veía más machito que todos, que me encantó de pie a cabeza. Estaba bello. Tenía su suéter de moto-taxi negro. Usaba gorra y lentes. Se reía bello, y era acuerpadito, no era flaco ni gordo, estaba lo que se dice en la línea perfecta para mí. Era trigueño. Supongo que estaba quemado por el sol. Que para estos días, está más caliente que yo. La cosa comienza cuando mi amigo y yo nos proponemos levantarnos a alguno de los moto-taxistas. Yo ya tenía mi objetivo claro. Me acerqué a preguntarle cuánto cobraban una carrera a tal sitio. El carajo estaba pilas y era ...
    ... muy activo, se movía a un lado y a otro. Era como de los más resaltantes del grupo. Me respondió y hasta ahí llegaba la cosa, pero obviamente me le insinuaba un poco a lo que él quedaba como cortado, como dudoso, me miraba con los ojos entre abiertos pensando. El anzuelo estaba lanzado. Por un buen rato estuve rondando el lugar, hasta que vi que estaba fumando y me le acerqué a pedirle prestado el yesquero. Él me encendía el cigarro mientras yo lo veía sin quitarle los ojos de encima, eso de seguro lo intimidaba. Al final obtuve su número con la excusa de que seguramente iba a necesitar quien me llevara a casa porque la procesión terminaba tarde. Mientras pasaba rato, yo le escribía diciendo que era yo y eso. Escribía bien, lo cual me impresionó, porque la mayoría son tierruitos. Después la conversa se tornaba algo caliente, de mi parte obvio. Hasta que me la cortó con un: “Yo no cojo maricos, mano, estás equivocado”. No le respondí y pensé que ya estaba todo perdido, hasta que me dijo: “Aunque un amigo me dijo que los maricos lo maman chulo” /chulo: bien, genial/ “Uno sieeeempre tiene un amigo…” fue lo único que le respondí. Pero como no respondía, le escribí nuevamente diciéndole que eso tenía que comprobarlo él, si es que ya no lo había comprobado antes. Como a las siete y media de la noche me llega un mensaje del motorizado diciéndome que tenía cigarro, que si quería uno, que él lo brindaba. Obvio que acepté. Antes de llegar a la línea de taxis vi que no estaba ahí sino que ...
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