1. VERÓNICA Y SONIA


    Fecha: 08/11/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Verónica, una mujer en la treintena, casada, fiel a su marido, y muy seria en la cama, que vestía una bata de casa azul, estaba sentada en un sillón del salón de su casa, tomando el te con Sonia, una joven de dieciocho años, rubia, de ojos verdes, alta, delgada y muy guapa, que llevaba puesta una minifalda blanca con volantes y que era hija de su amiga Marta. Entre pasta y pasta, le preguntó Verónica a Sonia:
    
    -¿Tienes novio?
    
    -No. Tengo rollos con chicos y chicas. Hago tríos. ¿Has estado con alguna chica?
    
    -¡No!
    
    -Entonces eres virgen.
    
    -¡No digas tonterías! Estoy casada. Tengo marido.
    
    -¿Tu marido te la come?
    
    -No. No le dejo.
    
    -Entonces, en lo lésbico eres virgen. Y por el culo. ¿Te da por el culo? ¿Te hace sexo anal?
    
    -Tú debes estar loca.
    
    -¿Loca? ¿Sabías que se pueden tener dos orgasmos a la vez, si te acarician el clítoris y te la meten en el culo?
    
    -¡Qué ordinaria eres!
    
    -O si te enculan y te metes los dedos...
    
    -O te callas, o te vas de mi casa.
    
    -Vale. No te va lo fuerte. ¿Pero no te gustaría que una mujer recorriera tu cuerpo, saboreando tu lengua, tus tetas, tu chochito...? ¿No te gustaría correrte en su boca?
    
    -Eres una pervertida.
    
    Sonía, se levantó de su sillón. Se puso detrás de Verónica y comenzó a masajear sus hombros. Le dio un beso en el cuello. Le mordisqueó el lobulo de la oreja, se la lamió, la volvió a besar en el cuello, y le preguntó:
    
    -¿No sientes curiosidad?
    
    -No. -mintió- Y estate quieta.
    
    Sonia, se puso ...
    ... enfrente de Verónica. Acarició sus tetas, que eran grandes, con grandes areolas negras y grandes pezones. Buscó sus labios, y los encontró. Buscó su lengua, y la encontró. Llevó las manos de Verónica a sus pequeñas tetas, y no encontró resistencia.
    
    -¿Te gustan?
    
    -No. Creo que es algo indecente.
    
    Sonia, se arrodilló delante de Veronica. Desabrochó el cinto de la bata. Besó y acarició sus tetas. Bajó. Vio las bragas azules, empapadas junto al sexo. Las apartó. Lamió el flujo. Acarició con su lengua el clítoris, y le preguntó a Verónica:
    
    -¿Quieres que te la coma hasta que te corras?
    
    -Lo que estamos haciendo no está bien.
    
    Sonia, lo tomó por un sí. Le quitó las bragas a Verónica, que le ayudó, levantándose un poquito, y después dijo, lo que nunca debió decir:
    
    -Ya sabía yo que eras como todas.
    
    -Verónica, dijo, apartando la cabeza de sonía:
    
    -Casi haces que me pierda. Pero yo no soy como tú ni como tus amiguitas. Te agradecería que te fueras de mi casa.
    
    Sonía, se levanto, y antes de irse, le dijo:
    
    -Piensa en mí y mastúrbate, que no es bueno quedarse sin un buen orgasmo con el calentón que tienes, y si no quieres pensar en mí, mira un video lésbico, y si eso, me llamas. Tienes mi teléfono.
    
    -Espera sentada.
    
    Sonia, se marchó, y Verónica, que necesitaba quitarse el calentón, fue a su habitación. Encima de la mesita de noche tenía el PC. Lo encendió. Se quitó las zapatillas. Se sentó en la cama. Quitó el móvil del bolsillo de la bata y lo puso encima de la ...
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