1. Pacto de silencio


    Fecha: 16/10/2017, Categorías: Voyerismo Autor: Guocher, Fuente: SexoSinTabues

    Saludos a todos. Hacía mucho tiempo que no escribía alguna de mis experiencias en en ésta interesante página de relatos, pero hoy me apetece contarles la última experiencia sexual que estoy viviendo actualmente y a la que podríamos clasificar en la categoría de exhibicionismo. Hace como unos dos años una pareja de conocidos del barrio abrió un bar de copas nocturno donde acudía casi todas las noches a tomar algo y hacer vida social. El bar lo trabaja sobre todo el chico y la chica, Pilar, solo trabajaba haciendo la limpieza del local en las horas previas a la apertura al público y cuando el marido llegaba para abrir el bar, ella se iba a casa y volvía un par de horas más tarde a tomar unas cervezas y charlar con los parroquianos que allí estábamos. Pilar es una chica un tanto extraña. A primera vista es una tía más bien fea y da una imagen de mujer poco arreglada y descuidada. Debe medir 1,60 ,bajita, delgada, culo pequeño pero bien formado, unas tetas enormes que contrastan con su fino cuerpo, cara bonita pero con algún problema de piel que junto a su pelo descuidado hacen que tenga un aspecto poco atractivo. Es bastante simpática y al principio me pareció que tenía una conversación agradable pero más tarde y con el tiempo me percaté de que era muy aburrida, siempre contando una y otra vez las mismas anécdotas. Tiene unos cuarenta y cinco años, yo cincuenta y seis. Mis conversaciones con Pilar en esas noches de copas empezaban a ser cada vez menos interesantes por lo que ...
    ... siempre que podía intentaba llevar la conversación hacia temas sexuales y calentorros. A veces me contaba sus gustos eróticos y muchas veces se levantaba la camiseta y tiraba de sus bragas para enseñarme de que color las llevaba. He de decir que Pilar a pesar de su aspecto poco atractivo, se mostraba muy sexy y calentorra cuando hablábamos de sexo. Una noche en el bar a altas horas de la madrugada se había ido toda la gente, habíamos quedado solos Pilar y yo sentados a una mesa baja en un rincón y el marido jugando con el móvil en la barra donde apenas podía vernos, ambos habíamos bebido bastante. La conversación que teníamos me había puesto muy cachondo, noté que me estaba excitando, mi polla quería ponerse erecta y con toda naturalidad metí mi mano por arriba del pantalón para acomodarla. Una vez con la polla totalmente dura empecé a sobarla por encima del pantalón mientras Pilar me miraba y seguía hablando. Yo continué tocándome con movimientos cada vez más evidentes, ella no paraba de hablar pero con la mirada no se perdía mis maniobras de sobado. Pensé que le estaba gustando lo que veía y me propuse llegar lo más lejos que pudiera, bajé el cierre de la bragueta y metí mi mano para tocarme la polla directamente. Estuve un buen rato con la mano ahí metida masturbándome suavemente, ella no paraba de hablar, estaba viendo perfectamente todos mis movimientos pero no hacía ninguna alusión a lo que estaba viendo. La situación me estaba encantando, no podía estar más excitado con ...
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