1. Casandra, Cristina y el juego continua.


    Fecha: 31/10/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ginebra, eso no se lo iba a beber nadie, así que de momento lo sujeté sin más.
    
    Entonces empezó, en la pared iba apareciendo el texto de nuestras misiones, ambas dejamos la copa en la barra de la cocina y nos giramos para verlas. La mía quedaba frente a la cocina, pasada la zona del sofá, así que me quedé allí leyendo, de reojo vi como te ibas a la izquierda, a la zona de la cama, donde aparecía tu misión.
    
    Desde que leí lo de la nueva fase daba por hecho que la "competición" se referiría a competir con otra mujer, a lo mejor demostrando más habilidad con un hombre, o cada una con un hombre propio. Se me había pasado por la cabeza competir con un hombre, aunque exactamente en qué.
    
    Seguramente por eso me sorprendió tanto aquella misión, no iba a venir nadie más, éramos tú y yo. Volvía a leer mi misión,, decía al final que habría un objetivo adicional bajo ciertas condiciones, pero no aclaraba qué condiciones ni cuando sabríamos de qué se trataba, ¿podía revelarse el objetivo mientras no miraba la pared?
    
    Mientras yo pasaba demasiado tiempo dándole vueltas tú te me volviste a adelantar. Noté tus pechos pegándose a mi espalda y tus manos por mi cintura abrazándome, acercaste tu boca a mi oído, tus labios me rozaban mientras decías con voz divertida, pícara.
    
    - Parece que vamos a ser buenas amigas.
    
    Con una pequeña risa me mordiste el lóbulo de la oreja, tus manos recorrían mi torso sobre la fina tela. Yo no sabía que hacer, mi misión implicaba dejarte hacer ...
    ... ciertas cosas, pero no exactamente estas, a lo mejor tu misión era distinta. Yo seguía sin saber que hacer y tus manos empezaban a abrir botones, poniéndome aún más nerviosa.
    
    Tan concentrada estaba en que pronto pondrías mis pechos al descubierto, en la sensación de los tuyos en mi espalda, en tu boca que descendía de mi oreja a mi cuello, que no me di cuenta de que también habías estado abriendo otros botones más abajo.
    
    Mis nervios se dispararon, y mi temperatura los siguió, cuando note que habías dejado mi tanga al descubierto, antes y todo que mis pechos, y tu mano se dirigía a mi entrepierna. Puse la mía encima como un acto reflejo, pero tú seguiste, la misión implicaba dejarte hacer así que apenas ofrecía resistencia, solo agarraba tu mano.
    
    Tu otra mano había abierto tres o cuatro botones, los justos para colarse y meterse bajo mi sujetador, donde agarraba, apretaba, frotaba y pellizcaba con intensidad, esto último casi llevándome a dejar salir mi voz. Sentí como me mordías el cuello con una sonrisa en los labios, tu mano en mi entrepierna había empezado a frotar y girar, algo más suave que la otra.
    
    Si la cosa seguía así no iba a lograr completar mis misiones, pero no lograba pensar en nada, era la primera vez que una mujer me tocaba y estaba abrumada, cuando pensé que lograba calmarme, apartaste mi tanga y seguiste masturbándome, con mayor intensidad.
    
    En el instante en que me di cuenta que habías dejado de manosear mis pechos lo noté. Mis piernas estaban ...
«1234...»