1. En la adolescencia, a mi novio y su hermano


    Fecha: 15/10/2017, Categorías: Masturbación Autor: Maramaya, Fuente: SexoSinTabues

    Estamos hablando de hace unos 10-11-12 años, cuando tuve un noviete muy majo y buen chico. La verdad es que, por educación o por lo que sea, no estábamos predispuestos a practicar sexo como otras parejitas de nuestra edad, más desinhibidos que nosotros. Rondábamos los 18-20 años, o sea, ya éramos mayorcitos, pero queríamos un noviazgo más a la antigua usanza, de esos que pasan los años y al final te casas. O eso lo pensábamos ambos. Un cine, cenitas románticas, besos, algunos magreos en el banco de un parque, pero pacatos para lo que se ve hoy, jajajaja. Pero hace 10 años era como ahora, el sexo en esas edades era bastante común. Pero en nuestro caso no nos atrevíamos a dar ningún paso, ni por parte mía ni de él. Pero, una vez que nos pasamos con los sobeteos, tanto él de mis tetis como yo de su paquete, pues hablamos de si íbamos a pasar a algo más, un sobeteo pero no por encima de las ropas. Excitada, me pareció bien, aunque me daba vergüencilla enseñar mis pezones. Tonterías de ursulina, jajaja. Él sí que estaba dispuesto a mostrarme su pene, que lo tenía tieso. Y fue en unos fugaces segundos, porque el lugar no daba para mucho, un parque, un banco, de noche…, pero aunque sea de noche, era un sitio público. Vaya… buen miembro tenía mi novio, qué cosas tenía que hacer para sacar semejante palo por la bragueta. Me animó a agarrar su miembro, que estaba caliente y duro. La visión era pobre, porque la farola estaba a varios metros y no había mucha luz allí. Me prometió que ...
    ... mañana (al día siguiente) en su casa podría tener mejor vista y más tiempo con su polla. Decir que prometerme eso en su casa no quería decir que me iba a follar en la tranquilidad de su habitación, pues ahí él era tan poco lanzado o tan precavido como yo, así que solo quedamos en eso, exhibir su polla y que yo lo viera. Ok. El día siguiente, fui a su casa. Estaba solo, como bien sabíamos. Él estaba caliente ya, y yo un poco nerviosa sabiendo lo que me había prometido. Un besito en la boca y me agarró el culo. “¿Estás preparada?, ¿quieres verlo ya?, ¿lo tengo a punto porque te estaba esperando?”. Me decía, jejeje, “te estaba esperando”…, me decía en tercera persona porque quien me esperaba era su pene, jeje. Como estábamos solos en la casa, podría haberlo visto en cualquier habitación, pero nos encaminamos a la suya, me sobó las tetas, sin bajarme el escote…, y se abrió el pantalón. Apareció su pene, grande y tieso, con una luz de la habitación que no había podido ver el día anterior. No sé qué cara pondría…, de asombro, quizá. El caso es que me cogió mi manita y me la llevó a su pene, que agarré. Y, bueno, como yo solo agarraba, me sujetó mi mano que agarraba su pene con su mano, y empezamos esos movimientos de sube y baja. Luego me soltó y yo seguí sola: efectivamente, le estaba pajeando. Para estar más cómodo, se bajó pantalones y ropa interior, y pude disfrutar de una vista ya de todo su cuerpo desnudo de cintura para abajo: el pene ya visto, los huevos colgando entre sus ...
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