1. Los mejores años de mi vida


    Fecha: 18/10/2020, Categorías: Gays Autor: Joseg1987, Fuente: SexoSinTabues

    ... realmente siempre nos daba tiempo de arreglarnos por qué mi casa está muy al fondo de el portón de entrada y jamás nos descubrieron, esa vez salimos corriendo a la calle, luego le comenté que me había sacado la leche con su culo y no me creyó y cómo que se molestó. Las cosas fueron cambiando mi forma de pensar, en la escuela todo era normal y cuando jugábamos en la calle siempre éramos los pubertos normales pero dentro de mi empecé a sentir algo especial por Ángel. En la escuela empecé a fijarme en amigos de mi salón, siempre delgados, sobre todo uno, Héctor un chico blanco, de ojos claros, cabello castaño y abundante, casi nunca tenía contacto con él solo cuando cursabamos taller, clase que compartíamos y en la que nos sentabamos juntos. Varias veces me sorprendió mirándole fijamente su paquete (el cual se veía grande), mientras yo casi babeaba mirándolo, el solo me sacaba de mi ensueño cuando el profesor me llamaba la atención. (Desafortunadamente nunca logré nada con el, ni siquiera lo intente, como digo era y soy muy tímido) además yo creia ser hetero y que debía ser un macho ante los demás. Había otros chicos que me empezaron a gustar pero jamás intente nada solo masturbarme pensando en ellos, de echo al que menos añoraba era a Ángel y eso que con el si tenía roces muy ricos. Finalmente cerca del tercer grado de secundaria. Le di su primer mamada, solo lo hice para lograr que el me hiciera lo mismo pero no sucedió, al menos no ese día. Aquella vez estábamos normal con ...
    ... nuestros juegos sexuales bien exitados y pensé por qué no? El ya iba a la secundaria y ya estaba más crecidito y se veía cada ver más atractivo. Ese día comencé a masajerale su pene sobre la ropa mientras lo abrazaba, luego fui abriendo su bragueta y pude ver ese hermoso pene de un color ligeramente más oscuro que el resto de su piel, me gustó mucho la forma que tenía y la manera de pararse de eso que pronto sería mi deliciosa comida, tenía una gran erección, apuntando a su ombligo apenas con algunos vellos que lo hacían verse más apetitoso, bese su ombligo y lami sus escasos vellos delgados y pequeños, comencé a jugar con su pene y enamorarme de ese escroto lampiño color chocolate con leche y vaya que tenia leche mmmm. Seguí unos momentos acariciando su pene y sus bolas para después pelar ese manjar, descubriendo su cabeza rosita y de un tamaño preciso para caber sin problemas en mi boca, el solo se dedicaba a mirar y soltar algún gemido apagado pues estábamos solos pero en la azotea de mi casa donde se estaba construyendo mi futuro cuarto, claro, ahora era de noche y los trabajadores no estaban. En seguida, sin dejar de acariciar su pene volví a besar su abdomen y fui bajando lentamente por ese caminito de vellos hasta llegar a su cabeza, la cual atiné a besar antes de cobijar con mi boca en la cual sentía cada latido de mi corazon y que comenzaba a salivar como con ninguna golosina, sentí todo su olor a limpio, delicioso, no pude tardar mucho en engullirla por completo y ...