1. Cosas de la ingenuidad (2)


    Fecha: 18/10/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hombro derecho y le di unos golpecitos hasta que expulsó el aire. Comprobé que todo estaba en silencio, no había ni chapoteo ni risitas, y abrí los ojos.
    
    Los dos niños, mi hijo Miguel y Toni, no estaban en la piscina. Sorprendida me incorporé y entré en la casa con la toalla por la cintura y con mis tetas bailando al aire, fui a mi habitación y dejé a Sergio en la cuna, pues se había dormido. Me giré y me vi reflejada en el espejo, con mis grandes senos apuntando hacia mi, con los pezones erectos y la aureola rosada. ¿Cómo podía ser que todavía siguiera excitada?.
    
    Dejé caer la toalla y me contemplé totalmente desnuda. Algo en mi espalda desvió mi mirada, que fue a parar al armario. Disimuladamente me acerqué a la cama y me senté en ella mirando hacia la puerta entreabierta, pudiendo apreciar nerviosismo y excitación dentro del mueble. En ese momento me di cuenta, eran Miguel y Toni que aprovechaban hasta el último momento para verme desnuda, en vez de molestarme aquella situación me excitó aún más. No podía darles más que lo que querían ver, o sea, mi cuerpo desnudo y se lo daría muy cerca, pero nada más. Me levanté muy despacio y caminé hacia el armario y la puerta abierta, sentí como trataban de esconderse dentro y, al abrir la puerta, solo pude ver sus pies descalzos por debajo de los vestidos y trajes de mi marido. Levanté los brazos, como buscando algo en la estantería superior y sentí sus alientos acariciar mis pezones, eso me hizo cerrar los ojos. Bajé los brazos ...
    ... y me giré hacia la cama, pero sin avanzar hacia ella. Sin doblar las rodillas me agaché, como si me fuera a poner las medias, mostrándoles todo el esplendor de mi culo y rajita. Me volví a dar la vuelta y cerré la puerta. Me dirigí a la puerta de la habitación, e hice que salía, cerrándola como si me hubiera ido. Me escondí en el pequeño pasillo que formaba la puerta de la habitación y espere. A los pocos segundos salieron los dos del armario y les escuché hablar:
    
    -Esto no esta bien Miguel.- Dijo la voz de Toni.
    
    -Ya lo sé, además es mi madre. Pero es tan guapa.
    
    -Y está muy buena. ¿Y ahora que hacemos con esto?.
    
    La pregunta de Toni me cogió por sorpresa, "¿a qué se está refiriendo?", me dije.
    
    -Mira como tenemos la colita. Nunca se me había puesto así.-Dijo Miguel.
    
    No sé por que, pero aquellas palabras me hicieron llevarme las manos, una a la teta izquierda y la otra a mi entrepierna, mientras los niños hablaban sobre mis tetas y mi culo, yo me acariciaba con los ojos cerrados y no les vi entrar en el pasillo y contemplarme.
    
    Mis dedos agarraban mis tetas con dulzura y buscaban entrar a mi raja cerrada por mis piernas. Levanté la cabeza, con los ojos cerrados, suspirando profundamente y sentí una frágil manita rozar mi pecho derecho y otra una de mis nalgas. Sorprendida abrí los ojos, ante mi estaban los dos niños, colorados como tomates y explorando mi cuerpo. Les agarré las manos y les dije:
    
    -¿Qué hacéis chicos?.
    
    -Es que vimos que te estabas tocando ...