1. Sin poder recordar nada


    Fecha: 10/10/2020, Categorías: Anal Dominación / BDSM Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Cuando desperté, descubrí que estaba boca abajo, tendida en una cama, los brazos y piernas abiertas, atadas mis muñecas y tobillos. Sentí que me encontraba desnuda, totalmente expuesta. Tenía una venda sobre los ojos que me impedía ver alrededor.Había un almohadón bajo mis caderas, lo que provocaba que mi cola estuviera levantada en el aire. Sentía mi concha empapada y dolorida, señal de que alguien ya me había estado penetrando mientras me encontraba fuera de combate.Suspiré e intenté moverme, pero las ataduras lo impidieron. Entonces pude oír una suave voz de mujer desconocida: “Por fin te despertaste, putita…”.Alguien se acercó respirando con suavidad y comenzó a acariciar mis piernas, subiendo por los muslos hasta mi ya castigado pubis.Metió un par de dedos en mi concha dilatada mientras susurraba:“Qué linda conchita; nena, bien caliente y mojada como a mí me gusta”.Las manos que acariciaban mis muslos y esos dedos que se hundían entre mis labios vaginales también pertenecían a una mujer…“Ahora es mi turno; ya que estás despierta, quiero oírte gritar cuando sientas que te cojo…” Susurró mientras subía a la cama y se ubicaba entre mis tobillos. Los abrió y sentí que reptaba entre mis piernas.Traté de pensar cómo había llegado a esta situación; donde una perfecta desconocida se preparaba para cogerme y alguna otra (u otro) ya lo había hecho antes.Recordaba vagamente estar en el boliche bailable, donde había ido con mis amigas Laura y Helena. Esa noche las tres estábamos ...
    ... solas y muy calientes; habíamos salido en plan de levante...También recordaba que un chico bastante apuesto se había acercado para invitare a bailar. Recordaba ahora haberme apretado contra su cuerpo y sentir una gran verga erecta rozar mi tanga a través de mi vestido corto. Luego me había invitado unos tragos; seguramente puso algo en mi copa que me hizo casi desmayar. También podía recordar estar dentro de un auto, mientras oía voces y varias manos tocaban mi cuerpo.Salí de mi ensoñación al sentir que una enorme y dura pija de silicona fría se abría paso dentro de mi dolorida concha, entrando hasta el fondo con facilidad, gracias a la dilatación y a lo lubricada que ya estaba.La mujer que me atacaba se quedó quieta unos instantes, disfrutando de cómo mi concha aceptaba gustosa esa concha bien lubricada. Podía sentir su perfume dulzón sobre mi piel. Ella también estaba desnuda.Sus pezones erectos rozaban mi espalda y su piel sedosa acariciaba la míaMe besó en la nuca y luego comenzó a moverse cada vez más rápido, casi diría con furia, entrando y saliendo de mi cuerpo con toda su potencia, como si quisiera castigarme. Ella también gemía, porque ese consolador tenía dos extremos y el otro estaba enterrado bien a fondo en su vagina.Le supliqué que me cogiera más despacio; que me dolía, pero entonces la muy perra redobló su ímpetu y la velocidad con que me bombeaba.Me tomó por los cabellos y llevó mi cabeza hacia atrás, para aullar al oído: “Te gusta, putita, de veras te gusta cómo ...
«123»